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La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ha expresado su preocupación ante la "constancia" que dice tener de que grupos violentos y radicales, así como del entorno abertzale, se infiltren en la "Marea ciudadana" que tendrá lugar este sábado en Madrid con la intención de "reventarla".

Así lo ha asegurado en una entrevista en que la que ha hecho un llamamiento a convocantes y participantes que de forma "legítima" acudan a la marcha a que lo hagan de forma pacífica.

No obstante, ha avanzado que existirá un dispositivo de seguridad "suficiente" para garantizar el orden público y la seguridad ciudadana, compaginando el derecho a manifestarse y la actividad normal de la población.

Cifuentes ha evitado detallar la cifra de profesionales que participarán el dispositivo de seguridad de la manifestación, porque estos "no son fijos" y varían en función del transcurso de la protesta, y además porque el número no depende de la previsión de participación, sino del "cariz" que tome.

Por ello, ha indicado que si en algún momento hubiera "elementos que no fueran pacíficos" se reforzaría el dispositivo.

CONCENTRACIONES NUMEROSAS

Cifuentes, que prevé una movilización "numerosa", ha explicado que los organizadores de la "Marea ciudadana" han comunicado una previsión de asistencia de 600.000 personas, que a ella "personalmente" le parece "un número muy elevado".

Con respecto a la seguridad, la delegada del Gobierno ha explicado que sabe que a Madrid llegarán autobuses de diferentes provincias de España con personas que pertenecen a "colectivos radicales", que son "reducidos, pero que ya han provocado problemas con anterioridad, como la quema de contenedores y escaparates" durante la última huelga general del 14N.

"Esto a mí quizás es lo que más me preocupa", ha asegurado la delegada, que aunque no ha querido abundar en la cuestión ha citado la posible asistencia de miembros de grupos como Izquierda Castellana -de Valladolid- o personas "que tienen que ver con los entornos del mundo abertzale y demás".

Cifuentes ha explicado que en una reunión con los convocantes, se les comunicó la exigencia de que organizaran su propio servicio de orden, ya que la ley dice que son ellos los que deben garantizar el orden de las manifestaciones, mientras que el deber de la policía es "ayudar" a ese servicio de orden.

Además, aunque cree que los organizadores tienen el deseo de que se realice "de forma pacífica", ha considerado "inquietante" que hace unos días una de las organizaciones dirigiera un escrito a la Delegación en el que avisaba de la creación de una comisión legal de atención a manifestantes "ante previsibles detenciones".

Cifuentes ha expresado su "sorpresa" ante este aviso, ya que si los organizadores prevén que se van a cometer delitos "que van a dar lugar a detenciones", ello significa "lógicamente" que tienen conocimiento de que hay gente que quiere alterar el orden público", por lo que la Delegación ha contestado a los organizadores que deben notificar a las autoridades esta posibilidad "si tienen noticias de ello".

"Bajo ningún concepto se puede amparar la comisión de esos delitos antes de que se cometan", ha apostillado.

Con respecto al tráfico, ha avisado de que puede haber "ciertos problemas" entre las 15.00 y las 20.00 horas, debido a la división de la "Marea ciudadana" en cuatro columnas que confluirán en el centro de Madrid, lo que motivará "cortes selectivos".

PROTESTAS EN TODA ESPAÑA

Más de ochenta ciudades participarán este sádado en las manifestaciones convocadas por el colectivo Marea Ciudadana en protesta por lo que han calificado de "golpe de Estado financiero" 32 años después del 23-F, y pedirán un cambio en el sistema político para lograr "una verdadera democracia".

Este colectivo lo integran un total de 271 organizaciones, entre las que se incluyen las diversas "mareas" de colores -blanca de sanidad o verde de educación, entre otras-, numerosas asambleas del 15-M, grupos ecologistas como Greenpeace y Ecologistas en Acción, y partidos como IU, ICV, EQUO o Chunta Aragonesista (CHA).

Bajo el lema "No al golpe de Estado financiero. No debemos, no pagamos", se han convocado cuatro manifestaciones en Madrid, ochenta y cinco en distintos puntos de España, y otras nueve en el extranjero.

En la capital, donde los organizadores esperan reunir a unas 600.000 personas, habrá varias cabeceras que saldrán a las 16:30 horas desde Puente de Vallecas, Sol, Embajadores y Colón, respectivamente, y que confluirán cerca de las 18:00 horas en la plaza de Cánovas del Castillo, alrededor de la fuente de Neptuno.

En Colón se darán cita la "marea negra" en apoyo de la minería y la violeta de las feministas; en Embajadores, la verde de la sanidad y la naranja a favor de la intervención social en lucha; en Sol, la "marea azul" contra la privatización del Canal de Isabel II, y un grupo en defensa de la cultura partirá desde la Plaza del Callao; y de Puente de Vallecas saldrá la Plataforma Vallecas por lo público.

Con motivo de las cuatro marchas en Madrid la Policía desplegará 1.400 antidisturbios porque, aunque la convocatoria es pacífica, los mandos policiales temen que se sumen algunos grupos radicales.

En el manifiesto presentado por el colectivo se reclama primar los derechos sociales sobre los de las élites económicas, y recuperar la política "honesta", la que defiende la justicia social.

También se exige acabar con la corrupción y realizar una auditoría de la deuda para eliminar la que consideran "ilegítima", aquella que no supone un beneficio público, como los "rescates a los bancos".