El Clínico de Madrid, pionero en el parto natural de una mujer con transplante de hígado y riñón
El Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, ha sido el primero de España en asistir el "excepcional" parto natural de un niño cuya madre es receptora de un doble trasplante de hígado y riñón, tras el que tanto el bebé como la progenitora se encuentran en buen estado.
El embarazo, de alto riesgo, y el posterior parto han sido atendidos por un equipo multidisciplinar del centro madrileño, conformado por ginecólogos, nefrólogos y especialistas en el aparato digestivo.
La mujer, de 33 años, sufría daño renal y hepático producto de una enfermedad hereditaria, por lo que en 2017 se sometió al trasplante de riñón en el Hospital Clínico San Carlos, y en 2019 al de hígado en el Puerta de Hierro, sin que ninguno de los órganos sufrieran rechazo durante el embarazo o el alumbramiento.
En estos casos de mujeres sometidas a este tipo de operaciones, los profesionales sanitarios avisan del riesgo añadido que supone un embarazo por una posible pérdida del órgano recibido, aunque en el caso de Virginia, como se llama la protagonista de hito, “su deseo de ser madre fue más fuerte que las dificultades que ello entrañaba”, según recoge la Comunidad en un comunicado.
Tras quedarse embarazada de forma natural, un equipo multiprofesional de nefrólogos y ginecólogos del Hospital Clínico San Carlos le hizo un seguimiento al considerarlo “de alto riesgo”, realizándole controles médicos “constantes”, teniendo en cuenta que la medicación que recibía podía afectar al bebé.
La ginecóloga Nuria Izquierda relata ahora que esta gestación supuso “un gran reto”, al tratarse de la primera vez que se atendía a una mujer embarazada en estas circunstancias, aunque ha asegurado que todo el proceso “se desarrolló con normalidad, y el parto fue bien y sin complicaciones”.
Para facilitar el proceso, durante el embarazo se modificó el tratamiento inmunosupresor para preservar la función de los órganos trasplantados y que fuera compatible con la salud del niño, garantizando que éste no sufriera ningún daño.
No obstante, en torno a la semana 35 los médicos acordaron que se produjera el parto porque el riñón empezó a verse afectado.
Una vez que la mujer dio a luz se reajustó la medicación inmunosupresora para mantener el buen funcionamiento del hígado y riñón, lográndose en la paciente una “función renal y hepática excelente”.
La madre y el niño fueron dados de alta a las 72 horas del nacimiento en perfecto estado de salud, siendo protagonistas de un “hecho excepcional”, al ser la primera vez en España y una de las primeras en el mundo en la que una mujer con en esta situación da a luz de forma natural a un niño “completamente sano”.
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