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Es una tradición que se repite cada año, da igual que haga frío, que llueva "desde hace días". Los fieles del Cristo de Medinacelli aguardan muy cerca de la basílica esperando el momento del besapiés. Hay una gran devoción en Madrid por esta imagen.

Prueba de ello, es que los fieles duermen al raso desde la semana pasada a las puertas de la basilica paar ser los primeros en cumplir el rito del besapiés. Tumbadas en hamacas y tapadas con mantas. Así pasan estas noches de espera Encarna y Maribel a las puertas de Jesús de Medinaceli.

De este pedazo de acera han hecho su casa. En bolsas guardan sus objetos personales y siempre hay alguien que les trae comida. Llegaron la semana pasada. Permanecerán a la intemperie hasta el primer viernes de marzo. Su iluisón es ser las priemras en besar los pies del Nazareno. Una tradición que pasa de generación en generación.

Como ellas unas 10 personas pasan la noche al raso para venerar la imagen. No les importa el frío ni la lluvia. Es tan duro que cada año menos fieles guardan su sitio. La mayoría deja cartones y sillas con su número en la fila. De nuevo vuelve a surgir la polémica sobre el pago por los primeros puestos de la cola. Con fama de milagrosa, la veneración de la imagen de Jesús de Medinaceli se remonta al siglo XVII.