Colmenar Viejo celebra su tradicional fiesta de La Vaquilla
Esta fiesta está considerada de Interés Turístico Nacional
REDACCIÓN / AGENCIAS
La fiesta de La Vaquilla de Colmenar Viejo vuelve este sábado con la participación de 24 vaquillas que se darán cita en la localidad desde primera hora de la tarde inundando sus calles del color de los pañuelos, del sonido de las campanillas y del chascar de las hondas en uno de los eventos "más esperados de cada año", declarado de Interés Turístico Nacional desde 1986.
En un comunicado, el Ayuntamiento ha avanzado además que este año el pregón correrá a cargo del exalcalde de Colmenar Viejo, Juan Manuel Mansilla, programado para las 19 horas en la Plaza del Pueblo.
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Las vaquillas partirán a las 16 horas aproximadamente de los lugares elegidos por cada una, para llegar al epicentro de la fiesta en la Plaza del Pueblo, donde habrá instalada una grada con 600 localidades en la que se repartirá caldo caliente a los asistentes a partir de las 17 horas, momento en el que comenzara el 'baile'.
Para finalizar, se dará "muerte" a la vaquilla Escandalosa II alrededor de las 20 horas en las inmediaciones del Pósito Municipal, con degustación de rosquillas y sangría en el interior del edificio.
"Sin duda, esta es una de las fechas marcadas en el calendario de los colmenareños. Esperamos que sean muchos los vecinos y visitantes que acompañen a los vaquilleros en esta fiesta", ha subrayado el concejal de Festejos, Nacho Aceña Alcázar.
El origen de la fiesta de Las Vaquillas
Los orígenes de esta fiesta, declarada de Interés Turístico desde 1986, parecen remontarse a la Antigüedad Romana o incluso, tal vez, a la Prehistoria.
Julio Caro Baroja, antropólogo e historiador, en su libro sobre el Carnaval relataba que los jóvenes romanos, disfrazados con pieles de animales y cuernos, corrían detrás de las mujeres simbolizando un intento de reanimar la fertilidad tras el invierno.
En Colmenar Viejo, a pesar de no tener constancia escrita, todo hace suponer que la celebración de La Vaquilla existe ya desde la andadura estable de esta Villa, a mediados del siglo XIII.
Tradicionalmente, las familias de los vaquilleros se reúnen para vestir La Vaquilla: un armazón de madera con varias costillas, palos forrados en los que se cuelgan pañuelos, y en cuya parte frontal se colocan dos cuernos. Todo este armazón se adorna con hermosos mantones de Manila, pañuelos de seda y flores de papel o naturales; y el frente de la vaquilla se engalana con broches, pendientes y colgantes.
Cada vaquilla sale de una vivienda o local y está formada por mayoral, vaquilleros y taleguero. Cada una de ellas realiza un recorrido por diferentes calles de la localidad hasta llegar a la Plaza del Pueblo, donde, de una en una, van exhibiendo su belleza y colorido con un particular baile que simula embestidas a los vaquilleros. Tras la exhibición, cada vaquilla vuelve a su lugar de salida, y allí se simula su muerte con tres tiros al aire y sangría.