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El caso era muy complicado. La mujer de 34 años había pasado por dos cesáreas previas y además estaba diagnosticada de acretismo placentario, una afección muy poco frecuente en la que la placenta se adhiere fuertemente a las paredes del útero, afectando los músculos y otros órganos. Así pues, una dolencia grave que ponía en riesgo la vida de la gestante y la del bebé.

Un equipo de 25 profesionales formado por anestesistas, radiólogos intervencionistas, obstetras, urólogos y neonatólogos, junto con matronas y personal de Enfermería, preparó el programa de actuación para poder hacer frente a este caso.

La paciente ha sido intervenida con éxito y se encuentra ya de alta hospitalaria junto a su hijo, según ha informado el Gobierno regional

La operación ha sido muy compleja. Primero había que lograr reducir el torrente sanguíneo hacia la pelvis para limitar el sangrado en la intervención. Lo que se consiguió introduciendo por la femoral un balón que redujo el aporte de sangre.

Posteriormente se realizó la cesárea con la extracción fetal y el cierre del útero sin desprender la placenta. Tras comprobar la integridad y no afectación vesical por las ginecólogas y los urólogos, se procedió al hinchado del balón y a la histerectomía total.

La intervención se realizó con éxito y el post-operatorio de la madre se desarrolló con total normalidad, recibiendo el alta a los tres días de la operación.

Por su parte, el bebé nació en perfectas condiciones aunque, al ser prematuro, fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intermedios de Neonatología. Ambos han recibido el alta hospitalaria y no precisan ningún tipo de seguimiento especial.