El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado este martes el cese "a petición propia" de Elsa Martín Olsen como comisionada de Bienestar Animal de la Comunidad de Madrid. Será sustituida en el cargo por Pablo Altozano, farmacéutico, que fue viceconsejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio en la anterior legislatura.
En la rueda de prensa posterior a la reunión, el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, ha explicado que ésta ha sido "una decisión estrictamente personal" de Elsa Martín Olsen, a quien ha deseado suerte en sus retos personales y profesionales. El comisionado de Bienestar Animal es un cargo dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad, con un salario de 75.084 euros anuales.
Su principal cometido es luchar contra el maltrato y la explotación animal, así como contra el abandono de los animales de compañía. También promoverá campañas de sensibilización y concienciación para fomentar la adopción de animales y será un nuevo canal de comunicación con las entidades protectoras que garantice el enfoque participativo de las políticas regionales.
Entre las medidas incluidas en el acuerdo de Gobierno alcanzado entre el PP y Ciudadanos, se encuentra el desarrollo de una Estrategia contra el Maltrato y el Abandono de Animales de Compañía, así como el despliegue de todas las medidas de la Ley de Protección y Bienestar Animal de la Comunidad de Madrid.
Una vida ligada a los animales
Elsa Martín, expresentadora de televisión que participó en el concurso de supervivencia "La selva de los famosos", ha estado vinculada al mundo animal desde su infancia. Es auxiliar técnico y asistente veterinario por el Instituto Superior de Estudios (ISED) y cuenta con un curso de doma natural por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) de la Comunidad de Madrid.
Fundó en el año 2014 el proyecto "Campus Perruno", un centro de desarrollo y rehabilitación canino y ecuestre, ubicado en Brunete, que nació con el objetivo de lograr el bienestar de los animales. Se trata de una finca de 30.000 metros cuadrados, energéticamente autosuficiente y 100 por ciento sostenible en donde los animales pueden disfrutar en libertad de la naturaleza. La iniciativa ha revitalizado este municipio madrileño y lo ha convertido en una referencia en la protección de los animales.