La Comunidad comenzará a limpiar la laguna tóxica de Arganda en noviembre
Victoria: es "el mayor proyecto de recuperación de suelo protegido en la historia del país"
Se invertirán 14 millones de euros para eliminar residuos sólidos y fluidos
La Comunidad de Madrid comenzará el próximo mes las obras para limpiar la laguna tóxica de Arganda, un proyecto que requerirá seis años para dejar completamente limpia esta zona del Parque Regional del Sureste y en la que el Gobierno regional invertirá un total de 14,5 millones de euros.
El consejero de Medio Ambiente, Borja Sarasola, ha presentado hoy al Consejo de Gobierno el proyecto de limpieza, del que ha dicho que es "el mayor proyecto de recuperación que se hace en un suelo protegido en la historia del país", y uno de los más difíciles, ya que la balsa de hidrocarburos se encuentra "en pleno corazón del Parque del Sureste", una zona incluida en la Red Natura 2000 y de especial conservación.
Las obras se llevarán a cabo en dos fases, y la primera de ellas, que costará 9,6 millones, consistirá en la inmersión de dos bombas apoyadas en dos torres de más de 30 metros que succionarán los 41.000 metros cúbicos de fluidos -aceites líquidos- de la balsa tóxica.
Una vez que se complete esta fase, se introducirán equipos mecánicos para retirar los residuos sólidos, que al igual que los fluidos se llevarán a plantas especializadas de tratamiento de residuos.
UN CENTRO DE EDUCACIÓN AMBIENTAL OCUPARA LA ZONA REHABILITADA
Cuando acaben los trabajos de limpieza, dentro de seis años según las predicciones del Gobierno, "donde hoy existe una balsa tóxica se hará un centro de educación ambiental en el que se explicará el valor de la conservación", ha explicado Sarasola en rueda de prensa.
Borja Sarasola ha recordado que este proyecto de limpieza comenzó el verano de 2013 cuando el presidente regional, Ignacio González, se comprometió a dar una solución definitiva a esta "balsa de chapapote" de 60.000 metros cúbicos (el equivalente a 20 piscinas olímpicas), y pidió a la Consejería de Medio Ambiente un proyecto.
La Consejería, durante todos estos meses, ha estudiado más de 23 alternativas de proyecto u ha realizado numerosos análisis a los hidrocarburos que hay en cada estrato de la laguna para dar una solución "con todas las garantías técnicas y ambientales", ha explicado Sarasola.
Además, el consejero ha puesto el acento en la "máxima transparencia, participación y consenso" con el que se ha querido hacer el proyecto, que fue sometido a información pública y a una declaración de impacto ambiental (dos cosas que no eran necesarias), y para el que se pidió la contribución de todos aquellos ciudadanos que quisiesen hacer aportaciones y de los todos los grupos políticos de la Asamblea de Madrid para mejorar el proyecto.
El trabajo de estos meses se ha materializado en un proyecto de dos fases (una para extraer los 40.925 metros cúbicos de residuos fluidos y otra para sacar los sólidos) que llevará a cabo la empresa pública Tragsa, "que tiene una dilatada experiencia en cuestiones ambientales", según Sarasola.
Ha insistido en que se trata de un proyecto de una gran dificultad, tanto por la magnitud de la balsa como por el hecho de que está situada en el corazón de un parque natural.
La primera fase requerirá la inmersión en la laguna de dos bombas para lodos y fluidos altamente viscosos, que se instalarán en las orillas de la balsa y que se suspenderán mediante una grúa de 30 metros de altura, trabajos que comenzarán este mes de noviembre.
Dado que la viscosidad del fluido aumenta cuando éste está frío, cada equipo de bombeo será completado con un sistema de calentamiento in situ que facilite la extracción del material contaminante, sobre todo en los meses de invierno.
Una vez que los aceites sean extraídos, camiones cisterna especializados los llevarán a plantas cementeras autorizadas para el tratamiento de este tipo de residuos.
Y al concluir esta fase, se introducirán elementos mecánicos para sacar los 20.455 metros cúbicos de residuos sólidos, que se eliminarán exactamente igual que los fluidos, en plantas autorizadas especializadas.
Borja Sarasola ha asegurado que una Comunidad Autónoma cuyo 50% del territorio es suelo protegido y que cuenta con tres parque naturales no puede "consentir que haya un pasivo medioambiental" como éste, y más teniendo en cuenta que se encuentra situado en pleno Parque Regional del Sureste, un espacio natural en el que viven 200 especies de aves.
Cuando se acabe la limpieza, "donde hoy existe una balsa tóxica se hará un centro de educación ambiental en el que se explicará el valor de la conservación y el perjuicio que se puede hacer siempre que uno no sea responsable", ha explicado el consejero, que ha lamentado que en los años 80 se permitieran vertidos en esta zona hasta llegar a esta balsa tóxica.
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