Audiencia Provincial de Madrid | TELEMADRID
(Actualizado

La Audiencia de Madrid ha condenado a 28 años de prisión a un profesor que trabajaba en un colegio de la localidad madrileña de Alcobendas por más de una decena de delitos, entre ellos abuso sexual, por acosar a alumnas menores a través de las redes sociales y hacerles proposiciones sexuales.

La sección sexta de la Audiencia de Madrid le impone esa pena de prisión por cinco delitos de ciberacoso sexual infantil, cuatro de exhibicionismo, uno continuado de abuso sexual, uno continuado de elaboración de pornografía infantil y otro de posesión de pornografía infantil.

Un castigo menor que el que solicitaba la Fiscalía, que pedía hasta 40 años de cárcel para él, si bien la Sala le ha absuelto de uno de los delitos de abuso sexual por el que estaba acusado y ha tenido asimismo en cuenta que reconoció parte de los hechos -en concreto los que están grabados- y consignó 12.000 euros para hacer frente a la responsabilidad civil.

Por cinco delitos de ciberacoso sexual infantil, cuatro de exhibicionismo, uno continuado de abuso sexual, uno continuado de elaboración de pornografía infantil y otro de posesión de pornografía infantil

Los hechos por los que se sentaba en el banquillo el acusado, de 53 años, nacional de Chile y actualmente en prisión provisional, tuvieron lugar durante el curso académico de 2018-2019, cuando trabajaba como profesor en un colegio de Alcobendas, hasta que fue despedido ese año.

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Según la sentencia, que puede ser recurrida, se aprovechó de su condición de profesor para contactar y acosar a través de las redes sociales a varias alumnas de entre 11 y 15 años con propósitos sexuales; las enviaba fotos desnudo y las pedía que hiciesen lo mismo, además de ofrecerlas tener relaciones sexuales.

Incluso en vacaciones

Llegó a contactar, dice la resolución, con una niña de 11 años y, tras mantener numerosas conversaciones con ella de carácter sexual, se desplazó a la localidad en la que residía para quedar con ella y regalarle un teléfono móvil, cuyo saldo él mismo recargaba.

A través de varios whatsapp le envió a dicho móvil fotografías de él desnudo y le pidió que le remitiera fotos y vídeos de ella sin ropa, e incluso se desplazó en numerosas ocasiones a la localidad en la que ella residía y a otras donde pasaba sus vacaciones en los veranos de 2018 y 2019. La Sala le considera responsable de un delito de abuso sexual cometido contra ella.

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Para el tribunal, existe "un conjunto de indicios claros y objetivos" de que estos hechos ocurrieron y considera que concurre la circunstancia agravante de superioridad en varios delitos, pero también la atenuante de reparación del daño.

En el juicio el acusado reconoció algunos hechos, en concreto los que estaban grabados, pero negó también buena parte de ellos: rechazó haber enviado o pedido fotos íntimas e incluso señaló que algunos de los actos por los que se le acusa eran a instancia de la víctima.