Un tribunal de Caracas (Venezuela) ha condenado a 30 años de cárcel al exmarine estadounidense Dahud Hanid Ortiz por matar a tres personas en un despacho de abogados del barrio madrileño de Usera en 2016, al considerar acreditado que fue el autor de los tres homicidios y del incendio provocado después.
Según han informado a EFE fuentes de la acusación, el juez encargado del proceso leyó, en una vista celebrada este martes, la sentencia en la que considera probados los hechos que se le imputaban a Hanid Ortiz y le condena a 30 años de prisión, el máximo previsto en la legislación venezolana.
La sentencia valora las declaraciones testificales, muchas de policías españoles que llevaron a cabo la investigación, y las pruebas exhibidas en el juicio, como los informes sobre teléfonos móviles y las grabaciones de cámaras de seguridad, detallan las fuentes.
Los hechos ocurrieron el 22 de junio de 2016 cuando el exmarine Dahud Hanid Ortiz viajó desde Alemania, donde vivía, a Madrid llevado por los celos y entró en el despacho de abogados de Víctor Joel Salas, en el barrio de Usera, para matarle, al creer que mantenía una relación con su mujer, pero el abogado no estaba.
Mató a las tres personas que encontró -las trabajadoras Elisa Consuegra y Maritza Osorio, ambas de origen cubano, y al cliente Pepe Castillo, ecuatoriano-, prendió fuego y huyó, hasta que fue detenido en 2018 en Venezuela, su país de origen.
Las autoridades venezolanas denegaron su extradición a España alegando que es ciudadano venezolano y el Tribunal Supremo de ese país remitió en 2019 el caso a un juzgado de Caracas para que comenzase el proceso y juzgarle.
El juicio comenzó en tres ocasiones, desde cero, por cambios de fiscal o de juez, hasta que en marzo de 2023 arrancó por cuarta vez y se celebró íntegramente. El magistrado convocó la vista para la lectura de la sentencia para diciembre.
Pero Dahud Hanid no se presentó y las acusaciones temieron que se hubiera fugado ya que este momento coincidió con la decisión del juzgado madrileño que llevó el caso inicialmente de anular la orden internacional de detención contra él, al entender que el caso ya había sido juzgado, según relató a EFE Víctor Joel Salas.
Tras varios días de incertidumbre el juez explicó esta semana que el acusado estaba en un centro de extranjería de Caracas y convocó a las partes a una vista para este martes, en la que leyó la sentencia.
En esa vista el magistrado explicó que el pasado 8 de diciembre recibió un oficio de la Fiscalía General en el que comunicaba que el acusado iba a ser trasladado a España "por cuestiones humanitarias" y el tribunal accedió a la deportación, pero las autoridades españolas se opusieron.
Así, el acusado quedó a disposición de Interpol-Venezuela, que remitió un oficio al juzgado para consultar sobre el destino del procesado, que provisionalmente fue puesto a disposición del servicio de Migraciones un centro de extranjería, hasta que el juez retomó la competencia para acabar el proceso emitiendo la sentencia