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El joven dominicano que fue herido con un arma de fuego este fin de semana en los bajos de Azca permanece ingresado en el Hospital de La Paz, han informado desde el centro hospitalario.

El varón de 25 años fue trasladado a este hospital en estado muy grave tras ser atendido por los servicios de emergencia tras haber sufrido una herida por arma de fuego.

Los bajos de Azca han sido, durante muchos años, un problema para el Ayuntamiento de Madrid debido al alto número de incidentes registrados en la zona que, además de ser un importante centro financiero, alberga varios locales de ocio.

La Policía Nacional, por su parte, continúa con las investigaciones para esclarecer lo ocurrido, han informado a Europa Press fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Para el esclarecimiento de los hechos pueden ser funcamentales las 55 cámaras de videovigilancia instaladas apenas hace unos días en AZCA una zona en la que se repiten las peleas entre bandas latinas.

55 CÁMARAS DE VIDEOVIGILANCIA PARA LA ZONA

Las 55 cámaras de videovigilancia en el complejo de AZCA cuya instalación se aprobó a finales de 2014 pueden ponerse ya en funcionamiento y lo harán en los próximos días, después de que la Comisión de Vigilancia constatara la semana pasada que su instalación cumple los requisitos establecidos. Así lo confirmó la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, en rueda de prensa.

La aprobación de la instalación de las cámaras -55 en total- se produjo a finales de 2014 a petición del Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP.

El sistema de vigilancia cubre el entorno delimitado por las calles Orense, General Perón, paseo de la Castellana y Raimundo Fernández-Villaverde, corazón financiero de la capital que además cuenta con zonas de ocio en sus bajos.

Gracias a este sistema se garantizará una protección y seguridad más efectivas, pero también tendrá carácter disuasorio; además, la colocación de las cámaras cumple rigurosamente la normativa vigente en cuanto a las garantías de la privacidad e intimidad de las personas.

Integrado en el Sistema de Centralización de Vídeo del Ayuntamiento (Cisevi), será gestionado por la Policía Municipal y tendrá dos puntos de control: uno en el Centro de Control de Alumbrado de AZCA y otro centralizado en la sede de la calle Albarracín 31.

Sólo policías municipales debidamente formados podrán acceder al visionado de las imágenes en tiempo real.

VILLACÍS LAS DEFIENDE Y CARMONA "NO LAS VE MUY ÚTILES"

El suceso coincide con la polémica generada por la instalación de cámaras de videovigilancia en la zona. La semana pasada la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa anunció la aprobación de las mismas y los vecinos de Azca se preguntan a ésta hora qué es más conveniente, mantener las cámaras de seguridad que vigilan la zona o quitarlas -opción por la que se decanta más el delegado de Seguridad, Javier Barbero quien dice que Madrid no puede ser un "gran hermano".

La portavoz de Ciudadanos en la ciudad de Madrid, Begoña Villacís, ha defendido hoy tanto la activación de las nuevas cámaras de videovigilancia de la zona de Azca, en el distrito madrileño de Tetuán, como el mantenimiento de las ya existentes en diferentes puntos de la ciudad.

Villacís ha recalcado que, aunque el responsable de Seguridad del Ayuntamiento, Javier Barbero, no quiere que Madrid "sea un Gran Hermano", lo que más restringe las libertades es "el miedo y la inseguridad".

"Nos sentimos más seguros con la vigilancia y el apoyo de la Policía", ha insistido Villacís, que ha pedido no olvidar que los recientes atentados de Bruselas y que España mantiene activado el nivel 4 de alerta antiterrorista. La presencia de las cámaras, ha concluido la concejala, puede evitar o prevenir que puedan ocurrir "cosas peores".

POr su parte el concejal del grupo socialista del Ayuntamiento de Madrid Antonio Miguel Carmona ha reclamado este lunes más seguridad en el distrito de Tetuán, al mismo tiempo que ha pedido que se refuercen los servicios sociales, tras opinar que las cámaras de vigilancia "no son la solución para disuadir los puntos conflictivos". La solución no es vigilar a los ciudadanos, sino protegerlos, ha insistido Carmona.