Las urbanizaciones de Ciudalcampo, en San Sebastián de los Reyes, y Santo Domingo, en Algete, llevan "al menos quince años contaminando por vertidos de aguas fecales el tramo bajo del río Guadalix", declarado espacio protegido Red Natura, según la denuncia de Ecologistas en Acción a la Fiscalía de Medio Ambiente estatal.
La denuncia, firmada por varias organizaciones ecologistas, fue interpuesta por las organizaciones ante la Fiscalía General del Estado en mayo, tras la "desidia" de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, según explican este viernes en un comunicado.Estas urbanizaciones de lujo, ubicadas en las cercanías del circuito del Jarama, han convertido al río Guadalix, "antes de su confluencia con el río Jarama", en una "cloaca a cielo abierto, con malos olores, materia grasa y la práctica desaparición de todo rastro de vida acuática", indican los ecologistas en un comunicado.
Denuncia ante la pasividad de las administraciones
Los vertidos proceden de "las plantas de tratamiento de aguas residuales de estas urbanizaciones" que deberían depurar el agua, pero son "instalaciones insuficientes y obsoletas que vierten al río un efluente contaminado".
Esta situación "es conocida por las administraciones competentes en la gestión del cauce del río -la CHT- y de sus márgenes, la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid", agregan.
Desde 2004 la CHT viene "sancionando periódicamente a estas urbanizaciones con multas que no sobrepasan los 9.000 euros", pese a que en ocasiones los vertidos superaban hasta en seis veces los parámetros permitidos, como sucedió en 2010", continúan las organizaciones ecologistas.
"Una práctica más parecida al pago de una tasa, a cambio del derecho a contaminar un ecosistema protegido, que una medida disciplinaria", critican.
Estos vertidos han "acabado con la vida acuática e impiden la recuperación de la fauna ictícola procedente del cercano río Jarama", causando un empobrecimiento de la biodiversidad en todo el tramo bajo del Guadalix, desde el embalse de Pedrezuela, con repercusiones sobre especies de fauna especialmente protegidas como "la nutria".
De ahí que las organizaciones ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo, ante la "pasividad de las administraciones competentes", denunciaron en mayo pasado los hechos la Fiscalía de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo de la Fiscalía General del Estado.
Los ríos madrileños, salvo los tramos altos, "no tienen un buen estado de conservación. Es necesario que tanto la Consejería de Medio Ambiente como la CHT cumplan con sus obligaciones" en conservación y prevención sanitaria, así como garantizar el buen estado ecológico de los ríos al que obliga la Directiva Marco de Aguas. "Es inaceptable la actitud tolerante ante las infracciones que estas administraciones vienen practicando desde hace quince años, en el caso de estos vertidos, concluye el comunicado.