La Gran Vía empieza a cambiar, a esanchar sus aceras para lograr un nuevo aspecto. Esta noche empiezan las obras en su cruce con la Calle Alcalá. Durarán tres meses y alterarán la posición de los 4 carriles para el tráfico. Esta noche de martes comienzan los trabajos para ensanchar las aceras de la Gran Vía, unas tareas que conllevarán una modificación en el uso de los carriles ahora destinados al paso de peatones, según ha informado el Ayuntamiento en un comunicado.
La renovación de la Gran Vía madrileña, que comenzó en marzo con los trabajos previos, ampliará las aceras y reducirá los carriles pero también dará un nuevo aspecto a esta arteria sumando un total de 248 árboles, más de 30 bancos nuevos, aparcabicis, tres fuentes y un nuevo alumbrado LED que buscará la eficiencia.
Desde hoy y hasta el viernes se realizarán labores nocturnas para ordenar los desvíos de tráfico aunque durante las obras se mantienen dos carriles por sentido, reservando uno de ellos en cada sentido como carril bus.
Los trabajos comenzarán en el arranque de la Gran Vía en la calle de Alcalá y llegarán la tercera noche hasta la plaza de España. Los trabajos comenzarán en el lado de los números impares (en dirección a la plaza de España), por donde el carril que ahora de uso peatonal pasará a ser un carril bus. Esta primera fase tendrá una duración aproximada de tres meses.
El objetivo de las obras es que el reparto del espacio público sea más equitativo y también reducir las emisiones contaminantes en el centro de la capital.
Por ello, el tráfico pasa a tener cuatro carriles mientras que los peatones suman 5.400 metros cuadrados. Con estas obras, la Gran Vía madrileña se prepara ya para su cierre al tráfico privado de los no residentes, un proceso que ocurrirá en junio cuando se integre dentro de la nueva zona cero emisiones, que convertirá el Centro en un gran área de prioridad residencial.