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Agentes de la Policía Nacional han detenido a un hombre y una mujer que regentaban un piso de citas en Madrid en el que se explotaba sexualmente a travestis y transexuales, entre los que se detectó un menor que podría estar siendo explotado sexualmente.

Según ha informado hoy la Policía Nacional en una nota de prensa, "en el inmueble, además de servicios sexuales, se ofertaban sustancias estupefacientes no sólo a los clientes, sino también a las propias víctimas, para aumentar así los beneficios que obtenían ilegalmente".

"La investigación comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una página web que ofrecía este tipo de servicios sexuales, así como varias sustancias estupefacientes. Los datos aportados gracias a la colaboración ciudadana permitieron la obtención de indicios acerca de la actividad ilegal de los detenidos", añade la Policía Nacional.

Tras rastrear los anuncios y varios perfiles en redes sociales relacionados con ello, los investigadores detectaron la presencia de un joven menor de edad.

"Una vez localizado el piso de citas donde se ofrecían los servicios sexuales y las sustancias estupefacientes, los hechos se pusieron en conocimiento de la autoridad judicial, con cuya autorización los agentes registraron dicho domicilio e intervinieron dinero en metálico, varias sustancias estupefacientes, diversa documentación y efectos personales del menor de edad que estaba siendo explotado", agrega la nota.

Según la Policía Nacional, "las víctimas se encontraban hacinadas en condiciones insalubres y degradantes y se veían obligadas a ejercer la prostitución durante las 24 horas del día, todos los días de la semana. Además eran engañadas por sus proxenetas en el acuerdo de reparto de dinero obtenido por sus servicios".

"Cuando no estaban trabajando, permanecían encerrados en habitaciones minúsculas, a veces con menos de cuatro metros cuadrados, en las que se hacinaban en literas hasta cuatro personas y donde estaban bajo la continua supervisión de sus explotadores", afirma la nota.

Agrega que "los armarios y neveras del domicilio estaban cerrados con candados y solamente los encargados del piso y la cocinera tenían las llaves, con lo que cuando querían tomar cualquier alimento o bebida o bien precisaban algún artículo de higiene o limpieza, debían pedírselos a dichas personas, que les cobraban por ello precios muy superiores a los del mercado".

Asimismo, la Policía informa que respecto a las comidas "también tenían que pagar por los menús precios desorbitados, lo que incrementaba aún más los beneficios de los tratantes".

"Los explotadores ofertaban todo tipo de servicios sexuales así como sustancias estupefacientes a sus clientes, lo que aumentaba sus ganancias ilegales", señala el comunicado, que añade que "también ofrecían la droga a sus víctimas, con el fin de conseguir su dependencia de las mimas, así como para mantenerlas activas más tiempo y que pudieran soportar las maratonianas jornadas de trabajo a las que eran sometidas".