En la madrugada de este martes se cumplen diez años de la tragedia del Madrid Arena, en una avalancha en la noche de Halloween que se cobró la vida de cinco chicas. ¿Ha mejorado la seguridad de los eventos? Sí, pero no lo suficiente, porque sigue habiendo lagunas normativas, grietas que siguen poniéndolos en riesgo.
Tras la tragedia muchos eventos se cancelaron y algunos recintos cerraron y no han vuelto a abrir. En general, el Madrid Arena generó una sensibilidad que redundó en mayores controles. Ahora los expertos en seguridad observan más relajación en las medidas, en un momento además en que la gente quiere salir de fiesta después de las restricciones de la pandemia.
El décimo aniversario del Madrid Arena coincide precisamente con otra tragedia, la ocurrida este fin de semana en Seúl, la capital de Corea del Sur, cuando miles de personas acudieron a festejar Halloween y centenares de ellas quedaron atrapadas en un estrecho callejón. El resultado: 153 muertos y 133 heridos.
Otra fiesta de Halloween también este fin de semana, pero esta vez en Sevilla, ha vuelto a poner sobre la mesa el problema del control de los aforos. Trece menores tuvieron que ser atendidos por los servicios sanitarios por desvanecimientos y crisis de ansiedad durante una fiesta "light" que fue desalojada por la Policía Local por motivos de seguridad. Había saturación de personas.
EXCESO DE AFORO
El mismo exceso de aforo que provocó en 2012 la tragedia del Madrid Arena, un espacio enclavado en la Casa de Campo de la capital, gestionado por la sociedad pública municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec) y en el que el empresario Miguel Ángel Flores organizó una fiesta de Halloween que acabó en una avalancha mortal mientras actuaba el DJ Steve Aoki.
Seis personas, entre ellas Flores, fueron condenadas por su presunta responsabilidad en la muerte de cinco chicas.
CONTROL DE LA DISTRUBICIÓN INTERNA DE MASAS
Diez años después nadie duda de que en el Madrid Arena falló el control del aforo. Aún hoy sigue siendo un reto pendiente para la seguridad de los eventos.
Expertos proponen algunas medidas que podrían contribuir a la seguridad. Una de ellas sería la instalación de indicativos luminosos en el exterior del recinto que informara del número de personas que hay dentro. Un sistema similar al de algunos aparcamientos.
Pero si algo echa en falta es un control de la distribución interna del aforo. Y eso precisamente fue una de las causas de la avalancha del Madrid Arena, ya que en un momento dado la gente que estaba en las zonas superiores bajaron a la pista y se unieron a los que estaban haciendo botellón fuera y también entraron en el recinto.
Y ha pasado y pasa en muchos estadios de fútbol cuando los aficionados se desplazan de sus localidades para estar más cerca de su equipo o abroncar al árbitro.
No sólo se aboga por inspeccionar el aforo general, sino también el parcial, es decir, el de las diferentes zonas en las que se divide el recinto, con barreras que regulen la distribución de la masa.
SUPERVISAR LO QUE SE AUTORIZA SOBRE EL PAPEL
"El papel lo soporta todo". Sobre él queda registrado el tipo de evento, sus características técnicas, el aforo previsto, etc... Los técnicos municipales lo visan y conceden la licencia para su celebración.
Pero... ¿se supervisa luego sobre el terreno lo que dice el papel? En muchos casos no se está haciendo. Hay una cierta relajación.