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La alcaldesa Ana Botella anunciaba ayer la posibilidad de que la basura dejará de recogerse diariamente en la capital como medida de ahorro. Quizá el ejemplo de Lisboa es el que más se acerca a lo que se propone para Madrid. Como medida de ahorro, la reducción en la recogida afectaría, al parecer, a los domigos y a algunos festivos que se sumarían al día 24 y el 31 de diciembre. El debate está en la calle.

Desde que empezó la crisis, la basura que se genera en Madrid se ha reducido un 17%. Hoy estamos en los mismos niveles que en 1996: 1.200.000 toneladas al año y bajando, a pesar de que somos medio millón de habitantes más.

Si miramos los días de la semana, veremos que los domingos, la basura que se recoge es la mitad que la de un día laborable. 2.341 toneladas frente a las 4.356 de un martes cualquiera.

En Europa, Londres, salvo en la City, recoge la basura solo una vez por semana. En Berlín se retira semanalmente en invierno y dos dias por semana en los meses de calor. En Milán el camión pasa solo de lunes de viernes y en Lisboa se queda sin recoger los domingos y algunos festivos.

La reducción en los dias de recogida y el cambio en los contratos con la empresa concesionaria supondría un ahorro para las arcas municipales y también para el contribuyente, que vería bajar la tasa que paga anualmente, y es que, por ley, la recaudacion nunca podrá superar el coste final del servicio.

LOS SINDICATOS RECHAZAN CUALQUIER RECORTE EN LA RECOGIDA

Los sindicatos CCOO y UGT han manifestado hoy su "absoluto" rechazo a la posibilidad, planteada ayer por la alcaldesa Ana Botella, de reducir la frecuencia de recogida de basura que dejaría de ser diaria en Madrid, lo que también rechazan la oposición municipal.

Comisiones, tras expresar su "más enérgico rechazo", señala que los residuos aumentarían "considerablemente" y, para que no hubiera basura en las calles, habría que "incrementar unas plantillas y unos medios que ya están bajo mínimos" desde hace dos años, cuando el servicio "se redujo en 100 personas y 19 camiones y los salarios se congelaron".

UGT recuerda que, tras implantar la tasa de basuras, el Ayuntamiento "recortó todos los servicios en más de un 15% y quiso que no se prestara servicio ni los domingos ni los festivos", y que fueron los trabajadores y las empresas quienes asumieron los recortes para salvar los puestos de trabajo, congelándose el salario durante dos años y perdiendo todos los puestos no fijos. Para este sindicato, se trata de "una cortina de humo" para ocultar nuevos recortes "salvajes" en los servicios de limpieza y basuras a partir de agosto en Madrid, que "nunca ha estado tan sucia como en los últimos dos años".

Por su parte, el portavoz municipal socialista Jaime Lissavetzky ha insistido hoy en que "lanzar debates sin tener una propuesta concreta es mantener en vilo a la población, que se ve sometida a las ideas que van surgiendo cada día".

Tras señalar que "Madrid pasará de ser una 'smart city' (ciudad inteligente) a una 'dirty city' (ciudad sucia)", Lissavetzky recomienda a la alcaldesa que renegocie el contrato con las empresas adjudicatarias, en vez de quitar el servicio diario a los madrileños, según una nota.