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Aplausos de fieles y viandantes, entre continuos gritos de "Viva la Reina", han arropado hoy a doña Sofía en su visita a la basílica madrileña de Jesús de Medinaceli, donde ha cumplido con la tradición de la Familia Real de rezar y venerar la imagen del Cristo el primer viernes de marzo.

Al igual que el año pasado, ha acudido esta mañana en automóvil hasta la entrada principal del templo y, nada más bajar del vehículo, ha respondido sonriente a las muestras de simpatía de feligreses y decenas de viandantes que esperaban su llegada y a quienes ha dedicado saludos ante sus aplausos y vítores.

A continuación, ha saludado a los principales representantes de la orden de los frailes capuchinos, que custodian la imagen de Jesús Nazareno desde 1895, encabezados por el superior provincial, Benjamín Echeverría, a quien acompañaban el superior de la comunidad, José María Fonseca, el hermano mayor de la cofradía, Manuel Torrijos, y el padre Gregorio Bueno.

Este año, la visita ha sido más breve y doña Sofía ha permanecido unos diez minutos en el interior de la basílica, donde ha saludado a los fieles que se agolpaban junto al pasillo central, mientras el órgano interpretaba el himno nacional, y se ha acercado a la imagen del Nazareno, una talla de la escuela sevillana que data de 1640, a la que, como marca la tradición, ha besado el pie izquierdo.

Tras cumplir con este ritual religioso que desde la pasada medianoche han compartido miles de devotos católicos, se ha apartado de la imagen para orar unos instantes ante el altar y ha conversado en la sacristía con la comunidad de frailes capuchinos y los integrantes de la junta de la archicofradía.

En el interior del templo ha coincidido con Alfonso Díaz, el viudo de la duquesa de Alba, con quien ha intercambiado algunas palabras tras saludarle cordialmente.

Al salir de la basílica, se ha despedido uno a uno de los representantes religiosos y ha vuelto a responder con saludos y sonrisas de agradecimiento a los aplausos y vítores de fieles y viandantes, que han arreciado cuando estaba a punto de subir al automóvil en el que ha abandonado la zona.

Numerosos feligreses procedentes de distintos puntos de España guardaban cola en la calle a esa hora de la mañana, una larga fila que bordeaba varias manzanas del céntrico barrio madrileño de Las Letras y que llegaba hasta Atocha, aunque se observaba menor afluencia de fieles que en años anteriores.

La tradición de que un miembro de la Familia Real venere este popular Cristo con fama de milagroso, tallado por encargo del Duque de Medinaceli, se remonta a finales del siglo XVII, después de que la imagen fuera recuperada de manos de los musulmanes.

Como el Cristo fue rescatado el viernes de Cuaresma de 1682, que coincidió con el primer viernes de marzo, surgió la devoción de llegar hasta él ese día del año y besar su pie con "una mirada desde el corazón" para exponerle los problemas del alma o pedir por familiares y amigos.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, hermana de la Cofradía del Cristo de Medinaceli desde el año 2012, ha cumplido con el rito de la adoración. Aseguraba Cifuentes que había pedido "por todos los madrileños para que a todos nos vaya bien, para que haya empleo". Cifuentes aseguraba que, "ademas e pedir paar eso trabajo, para que todo se cumpla". La presidenta madrileña reconocía que "para mí no pido pido nada".

MEDIO DE MILLÓN DE FIELES CUMPLIRÁN CON EL RITO

La Basílica de los Padres Capuchinos de Madrid recibe hoy a una multitud de fieles que acuden a venerar la imagen del Cristo de Medinaceli. Según las previsiones, más de medio millón de personas besarán a lo largo de la jornada el pie de la talla, una de las más queridas de la capital.

Hoy, como primer viernes de marzo, se celebra el tradicional besapié al Cristo de Medinaceli, advocación que se venera en la basílica que lleva su nombre, situada en la Plaza de Jesús del barrio de las Letras.

Los actos en honor al Cristo de Medinaceli del primer viernes de marzo dieron comienzo con la celebración de la eucaristía a las 00.00 horas del jueves. Desde ese momento, la basílica permanece abierta a los fieles y se celebra misa cada hora.

Asimismo, como suele ser costumbre, este viernes la basílica cerrará sus puertas cuando termine la larguísima cola de fieles que acuden a venerar la imagen del Señor de Medinaceli. Como preparación, esta semana se ha celebrado un triduo en honor a Jesús de Medinaceli, del lunes al miércoles, coincidiendo con la misa de las 20.00 horas, tras la cual los fieles pueden participar en el besapié de la imagen.