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Ecologistas en Acción ha presentado este miércoles el Informe sobre la Calidad del Aire en Madrid de 2011, donde se recoge que 19 de las 24 estaciones medidoras de contaminación de la capital superaron el año pasado los límites legales de dióxido de nitrógeno (NO2) fijados por la Unión Europea (UE) así como los de partículas en suspensión (PM) y de ozono troposférico (O3).

Según la organización ecologista, el valor medio de la red de medición de NO2 fue de 45 microgramos por metro cúbico, por encima de los 40 microgramos por metro cúbico de concentración media anual permitida por el Ejecutivo comunitario. Este dato fue, por tanto, "algo peor" que el de 2010, que se quedó en 44 microgramos.

Esto supone que sólo en cinco estaciones se han cumplido los niveles, pero "ninguna de ellas" está en el núcleo urbano consolidado. "Sólo en El Retiro se respira un aire que cumple los límites", ha afirmado el responsable de Calidad del Aire de Ecologistas, Juan Bárcenas, en la rueda de prensa de presentación de los datos.

Además, nueve estaciones (frente a las seis de 2010) superaron los 200 microgramos por metro cúbico más de 18 horas el año pasado, destacando negativamente las mediciones registradas en Fernández Ladreda (103 superaciones, seis veces por encima del límite y muy por encima de las 76 superaciones de 2010), Barrio del Pilar (98 superaciones) y Ramón y Cajal (86 superaciones).

La organización también ha asegurado que también se han rebasado los máximos permitidos en ozono troposférico (O3) y en partículas en suspensión, por lo que concluyen que la Estrategia Local de Calidad del Aire de la Ciudad de Madrid 2006-2010 "no ha logrado el objetivo de reducir la contaminación" y han considerado que la aplicación de este pan "refleja la actitud del Ayuntamiento, que no ha tenido voluntad de acometer las medidas necesarias para solucionar este grave problema".

Asimismo, ha criticado que el nuevo Plan de Calidad del Aire que se aprobará a lo largo de este ejercicio continúa en la senda de no atajar el principal foco de contaminación, el tráfico, y que se limita a apostar por una petición de moratoria a la UE para aplazar en cinco años el cumplimiento de los límites.