Todas las peregrinaciones comienzan en la puerta de la casa del peregrino. Así ha sido siempre. No obstante, hay quien prefiere por unos u otros motivos iniciar el camino en un punto de especial trascendencia para él.
En cualquier caso, los pasos se dan, uno tras otro, por un territorio que no es solo geográfico sino también emocional y sobre una ruta que otros recorrieron antes.
Y es que desde Madrid se llega cualquier lado. A Santiago de Compostela, a Uclés, a Caravaca de la Cruz, a Guadalupe, a Roma o a Jerusalén.
Caminar desde la capital para realizar el tramo madrileño del Camino de Santiago hasta el límite con Segovia supone una pateada de más de 80 kilómetros. Lo mejor es iniciarlo temprano, cuando la ciudad aún permite transitar las calles con cierta tranquilidad.
Algunos prefieren seguir la ruta 'oficial' desde la Iglesia de Santiago o desde las Comendadoras de Santiago y atravesar todo el centro de Madrid hasta los alrededores del hospital La Paz y luego cruzar la M-30, atravesar Montecarmelo, cruzar la M-40 y alcanzar el monte de El Pardo para continuar hasta la Sierra.
Hay otra opción un poco menos urbana. Se puede empezar igualmente en la Iglesia de Santiago, pero encaminándose después a la Plaza de Ramales, cruzar los Jardines de Lepanto, la Plaza de Oriente, los Jardines de Sabatini y bajar la cuesta de San Vicente hasta Príncipe Pío.
Una vez aquí, seguir todo el Paseo de la Florida y la Ribera del Manzanares hasta el Puente de los Franceses. Aquí comienza la ruta marcada como GR-124 'Senda Real' que nos lleva directamente con sus marcas rojas y blancas hasta El Pardo, primero por una pista de zahorra a espaldas de la Ciudad Universitaria.
La zahorra se convierte después en el Anillo Ciclista de Madrid que atraviesa el Puente de San Fernando. Tras cruzarlo y girar a la derecha se accede a la Senda Fluvial del Manzanares que corre en paralelo al río.
A nuestra derecha irán quedando las instalaciones deportivas del Parque Puerta de Hierro, las abandonadas de la Playa de Madrid, las de El Tejar de Somontes y las de la Federación de Hockey. Justo después de estas se llega a un gran aparcamiento pegado a la carretera de El Pardo.
Se cruza la carretera y nos encontramos el camino de tierra con las estacas de las marcas rojas y blancas del GR-124.
El camino sigue hacia la Quinta de El Pardo pero se desvía antes a la izquierda para subir hasta la fuente de Valpalomero. Las marcas rojas y blancas no llevarán a través del encinar hasta la Portillera del Tambor.
Desde este punto y casi pegados a la tapia de El Pardo caminamos por un camino de servicio del Canal de Isabel II y por senderos aledaños. Siempre con la tapia a nuestra izquierda alcanzamos El Goloso. En este lugar se superponen el GR-124 'Senda Real' y el Camino de Santiago de Madrid.
La primera etapa de este viaje a pie acaba pocos kilómetros más adelante, en Tres Cantos. Habremos recorrido, según haya sido nuestro punto de partida, unos 25 kilómetros.
En la siguiente etapa desde Tres Cantos a Manzanares El Real atravesamos el término de Colmenar Viejo. De nuevo las marcas rojas y blancas de la Senda Real se mezclan con las flechas amarillas y los mojones con conchas que marcan el Camino de Santiago.
Son unos 24 kilómetros de recorrido ya en el interior del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y con La Pedriza y la Sierra de Guadarrama a la vista. Uno de los puntos emblemáticos de este tramo es el cruce del Río Manzanares por el Puente del Batán.
El camino discurre entre dehesas y fincas ganaderas, con las elevaciones de Cabeza Illescas y Cabeza de Manzanares a nuestra derecha. El trazado da un giro brusco a la derecha y tras una subida empinada luego se convierte en bajada hasta el Embalse de Santillana. Por uno de sus puentes entramos a Manzanares El Real.
La tercera etapa es la última del Camino de Santiago en Madrid. Es la más larga, unos 34 kilómetros. Es también la más dura porque incluye la subida hasta el Puerto de la Fuenfría, el límite entre la Comunidad de Madrid y la de Castilla y León.
Sólo desde Manzanares a Cercedilla son unos 20 kilómetros de caminar. A eso hay que sumar entre 5 o 10 más hasta La Fuenfría, según la opción que se elija.
Una es más cómoda y más larga por el Mirador de la Reina y los de los poetas. Otros prefieren tirar directamente por la 'calzada romana', más corta pero más dura.
Llegados al Puerto de la Fuenfría la ruta prosigue, ya fuera de Madrid, por Segovia, Coca, las tierras de Olmedo, Medina de Rioseco, la Tierra de Campos y Sahagún, donde se enlaza con el Camino Francés que viene desde Roncesvalles.