La exposición "Ramón J. Sender. Memoria bisiesta" recupera desde este lunes el legado del escritor oscense en el Instituto Cervantes de Madrid, donde se muestran ejemplos de su poco conocida labor como pintor y ediciones de sus obras más destacadas, que lo relacionan con las preocupaciones de su tiempo.
Coincidiendo con el cuarenta aniversario de su fallecimiento, Luis García Montero, director del Instituto, ha inaugurado con el secretario de Memoria Democrática, Fernando Martínez López esta retrospectiva cronológica y temática de la vida de Sender (1901-1982), que descubre perfiles poco conocidos como la influencia de los mundos árabe y soviético en su obra.
Las primeras ediciones de tres de sus publicaciones, "Imán"; "Míster Witt en el Cantón" -con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura- y "Réquiem por un campesino español", aparecida originalmente en México bajo el título de "Mosén Millán", se dan la mano con algunos de sus menos conocidos cuadros, como "Problem 001", "Amulet 5", "Retrato con cuervo" o "Naufragio".
Además de creaciones del propio Sender, la exposición se completa con obras de artistas aragoneses de su tiempo, que dialogan con éste al contextualizar el arte de la época y aportar una visión similar a la del escritor; entre ellos destacan Ramón Acín Aquilué, con su escultura de hierro "El agarrotado"; Federico Comps, José Luis González Bernal, Félix Lafuente o Ganivet.
La muestra se inicia con la proyección de "Sender: la emoción de los primeros gestos", una película montada expresamente que se ha compuesto de planos de las adaptaciones cinematográficas de la novela "Crónica del alba", dirigidas por Antonio J. Betancor.
"Memoria bisisesta", que podrá visitarse hasta el 16 de octubre, toma su título de una de las últimas publicaciones del escritor, "Memorias bisiestas: bajo el signo de sagitario".
Autor de novelas, obras teatrales, poemarios, ensayos, libros de relatos y miles de artículos, Ramón J. Sender representa con obras como las expuestas las contradicciones y conflictos de la época, presentes en su vida de manera personal, ya que participó en la Guerra de Marruecos, padeció la Guerra Civil como republicano y vivió más de la mitad de su vida en el exilio americano.