Naturaleza y vestigios históricos con sus análogos de la capital
REDACCIÓN
De entrada, para no llamarnos a engaños hay que advertir que no están en Madrid. La Puerta del Sol de la que hablamos y el Río Manzanares al que nos referimos están en Soria pero tienen también una antiquísima historia muy relevante y hasta merecen una visita completa. Y además están en un entorno natural y monumental espectaculares.
Hablamos del yacimiento arqueológico de Tiermes, primero celtíbero y luego romano y de esta curiosa ciudad que algunos conocerán como Termancia excavada en piedra arenisca rojiza.
Un material relativamente fácil de trabajar, tallar, rebajar para dar forma a casas, recintos palaciegos, un acueducto subterráneo que se puede recorrer y otras edificaciones que la erosión ha esculpiendo para crear curiosas formas.
La Puerta del Sol de Tiermes es realmente una puerta, una de las entradas a este asentamiento que ha servido pueblos prerromanos, romanos y visigodos. La Puerta es un enorme corte en la roca que abre paso a una pradera a cuya espalda se levantan las gradas labradas en la roca que servían como mercado de ganado, según cuentan.
Y junto a la puerta, el RíoManzanares. Un río de menor caudal, incluso, que el que atraviesa la capital de España pero menos impactado. Este no ha habido necesidad de renaturalizarlo porque ya está en un entorno completamente natural.
Algunos se refieren al Manzanares soriano como Río Tiermes. Y tiene su lógica teniendo tan cerca el núcleo de población con el mismo nombre. El Tiermes o Manzanares es tributario del Río Caracena afluente del Río Duero.
Ni esta Puerta del Sol es lugar de celebraciones masivas ni las riberas de su río son un continuo ir y venir de paseantes, corredores y ciclistas. Ni falta que hace. Son lugares tranquilos visitados de tarde en tarde por turistas, entusiastas de la arqueología o por verdaderos especialistas en excavar en la historia.
Para completar el recorrido se pueden visitar las dos necrópolis cercanas y la iglesia románica de Santa María de Tiermes, que destaca en el alto junto al yacimiento arqueológico, con una galería porticada que es refugio en caso de lluvia o ante los calores estivales.