(Actualizado

La madre de un policía fue ayer la segunda víctima en la Comunidad de Madrid de una estafa en la que se utiliza el falso secuestro de familiares, normalmente hijos, para conseguir dinero rápido, según han informado fuentes policiales, que detectaron estos engaños hace 15 días. La Policía advirtió de esta nueva y peligrosa estafa el pasado sábado, tras recibir una decena de denuncias en quince días en las que las víctimas relataban que habían recibido una llamada desde un número desconocido y el interlocutor les aseguraba que tenían secuestrado a un familiar, normalmente un hijo menor.

Los supuestos secuestradores daban algún detalle sobre la persona que tenían retenida e incluso ponían grabaciones de lloros para que los padres entrasen en "modo pánico" y entregasen rápidamente el dinero.

Suelen llamar por las tardes y pedir entre 350 y 5.000 euros al estafado.

En Madrid se han registrado dos casos, uno que quedó en una intentona hace unos días y otro ayer, cuando una mujer de edad avanzada cayó en la trampa y creyó que habían secuestrado a uno de sus hijos, que es policía. Otro de sus hijos también es agente, según las fuentes.

Los falsos secuestradores dijeron a la mujer que si quería volver a ver vivo a su hijo tenía que darles unos mil euros, y como la mujer solo tenía trescientos en ese momento le dejaron que enviara esa cantidad desde un locutorio.

Una vez hecha esta entrega la mujer llamó a otro de sus hijos, que también es policía, y le contó lo ocurrido, descubriendo entonces que todo era mentira y que el supuesto secuestrado estaba perfectamente.

Fuentes de la investigación han precisado que los estafadores llaman desde el extranjero y no suelen hacer un gran seguimiento de las víctimas, de manera que a veces llaman a alguien diciendo que tienen a su hijo y esta persona les responde que no tiene descendientes.

En otras ocasiones obtienen datos de internet o de las redes sociales para dar apariencia real a la estafa.

Por eso la Policía advierte de esta peligrosa estafa, que en los dos casos registrados en Madrid se perpetró contra personas de avanzada edad con hijos mayores de edad.