María Cristina de Borbón retratada por Vicente López en 1830 | ARCHIVO
(Actualizado

En el Madrid del siglo XIX encontramos tres casos, más o menos conocidos, en los que la corrupción y las estafas acabaron en la prensa y provocaron una gran polémica. Los repasamos...

Tras enviudar de Fernando VII, María Cristina de Borbón y su segundo marido, el duque de Riánsares, se convirtieron en 'aceleradores' de negocios a cambio de comisión. No en vano, el general Leopoldo O'Donnell, criticó a la madre de Isabel II aquella actividad tan lucrativa para ella y para otros como banqueros internacionales o el Marqués de Salamanca con el que la regente tenía buena relación.

Cuenta el escritor e historiador Ángel Sánchez Crespo en '101 Curiosidades de la historia de Madrid' que María Cristina no dudó en diversificar bien el dinero obtenido de aquellos negocios, llegando a invertir en la compra de esclavos para las plantaciones de tabaco y azúcar de Cuba.

Una reina de Inglaterra nacida en Alcalá de Henares

LOS EXILIOS DE LA REINA MADRE

En un momento dado, O'Donnell llegó a escribir a la reina Isabel II a cerca de los negocios de su madre y el malestar del pueblo: "Apenas ha habido contratas lucrosas de buena a mala ley, especulaciones onerosas, privilegios monopolizadores a que no se haya visto asociado el nombre de la reina madre".

Dos veces marchó al exilio María Cristina de Borbón. La primera en 1840 en medio de la convulsión política y ciertos escándalos de corrupción. Regresó a España pero de nuevo en 1854 fue expulsada ante nuevos casos de corrupción y el expolio del patrimonio real.

Murió en Francia sin derecho a pensión vitalicia y con la prohibición de fijar su residencia en España. Su cuerpo, finalmente, descansó en el panteón del Monasterio de El Escorial.

Las madrileñas que comían barro

LA MONJA DE LAS LLAGAS

No dejamos la Corte, porque el siguiente caso atañe de nuevo a la reina María Cristina y a su hija Isabel II. Hablamos del caso de Sor Patrocinio 'la monja de las llagas'. A la religiosa un día le empezaron a aparecer los 'estigmas' de Cristo, las heridas provocadas durante la crucifixión, y el pueblo empezó a hablar de milagros.

Al amparo de la reina regente y luego de Isabel II la influencia de la monja milagrosa creció y de esta manera se multiplicaron las dádivas y sus fundaciones. A ella se acercaban buscando consuelo y consejo gentes de alcurnia y de estos Sor Patrocinio obtenía dineros y favores.

Sor Patrocino | JEAN LAURENT

Al final la justicia intervino. Los médicos la examinaron, las heridas cicatrizaron y al retirarle cierta reliquia, con la que al parecer se provocaba las llagas, el milagro cesó. Otros mantienen que los estigmas se reprodujeron a lo largo de su vida y que algo de milagroso había en ella, pues salió ilesa de dos atentados.

¿Y qué pasó con los dineros amasados por la monja?. Pues algunos fueron empleados en la creación de parvularios y conventos. Pero lo más curioso es que buena parte fue desviado para apoyar la causa del carlismo opuesto a Isabel II. Toda una paradoja.

Madrid tuvo también sus Campos Elíseos

BALDOMERA LARRA

El tercer caso demuestra que sobre timos, fraudes y estafas casi todo está inventado y que tipos como Carlo Ponzi o Bernie Madoff fueron aprendices de Baldomera Larra.

Seguimos en el Madrid del siglo XIX. La hija del periodista y escritor Mariano José de Larra, Baldomera, se casó con el médico del rey Amadeo de Saboya y todo fue bien hasta que el doctor decidió largarse a Cuba y dejar a su esposa con una mano delante y otra detrás.

Baldomera Larra | FÉLIX BADILLO Y RODRIGO / ARTURO CARRETE

Pero la señora encontró la manera de salir del bache y vivir holgadamente creando lo que llamaríamos hoy un fondo de inversión. Y funcionó. Vaya que si funcionó. Doña Baldomera pagaba más interés que nadie en Madrid y la cosa fue creciendo hasta que un cliente acudió a por su dinero y no hubo bastante en la caja.

En efecto, Baldomera Larra había creado una estafa piramidal y acabó huyendo a Francia con 22 millones de reales y para evitar que la lincharan sus 5.000 impositores, según cuenta Sánchez Crespo.

Tras su extradición fue juzgada y condenada. Ella se defendió acusando a la prensa de haber creado una alarma innecesaria sobre su negocio. Curioso, la hija de uno de los mejores periodistas españoles del siglo XIX arremetiendo contra la prensa.

El internet del siglo XIX en la Plaza de la Villa

La estafadora acabó en la cárcel pero con una reducción de pena por petición popular. Solo estuvo internada un año gracias a un indulto parcial. A la gente le dio pena la señora, cuentan. Suponemos que los 5.000 timados no pensarían igual.

Del dinero evadido nada se supo ni fue devuelto, como suele ocurrir en estos casos. Baldomera Larra pasó sus últimos años en Argentina o en Cuba. Sobre esto no hay certeza.