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Tuberías, cables y sanitarios arrancados. Heces, orín y cristales por todas partes en un bloque de nueva fabricación que todavía no se había entregado a sus dueños. Se trata de un edificio de nuevas viviendas ocupadas hace unos meses por 17 familias gitanas en Aranjuez. Tras su marcha, las viviendas han quedado inhabitables: persianas arrancadas, sin puertas, lleno de mugre, con restos de comida y heces. Las familias gitanas se han llevado hasta los cables de la luz, y las habitaciones con cristaleras arrancadas y echas añicos. Lo más curioso es que estas familias, aseguraban hace 4 meses que iban a tener el edificio, no han sido desalojados; se han marchado porque les han quitado el enganche de la luz y sin electricidad ni agua han decidido buscarse otros sitio. Los vecinos, aún asustados, están indignados.