Federico Cantero Villamil, el madrileño que 'inventó' el helicóptero
Este ingeniero nacido en la capital está considerado como uno de los precursores de este tipo de aeronaves
Entre sus obras destacan además las presas en el río Duero y tendidos ferroviarios
Federico Cantero Villamil tiene una calle a su nombre, pero no está en Madrid, su localidad de nacimiento. Está en Móstoles, en un entorno de empresas de tecnología e investigación que le gustaría.
Este ingeniero, inventor, pionero de la energía hidroeléctrica, hombre de ciencia y visionario fue el responsable de solucionar el 'problema' de los saltos en el río Duero con varias presas y embalses que hoy en día siguen funcionando.
Cantero Villamil creó sistemas revolucionarios para la navegación de canales con esclusas novedosas. Trazó y ejecutó estaciones y vías ferroviarias. Fundó una de las 'catedrales' del vuelo en España, la Sociedad de Vuelos Planeados y a Vela de La Granja de San Ildefonso.
Pero sin duda el hecho más sorprendente fue la creación del primer helicóptero: la 'Libélula Española' o 'Libélula Viblandi'. Una máquina que ya aportaba muchas de las soluciones actuales de las aeronaves de ala rotatoria. El helicóptero comenzó a construirse en Madrid en 1935. El estallido de la Guerra Civil dio al traste con la invención. La máquina se quedó en zona republicana mientras que Cantero Villamil permanecía en zona sublevada.
La puntilla se la dio en 1939 Igor Sikorsky, que consiguió elevar y patentar el primer helicóptero a pesar de lo avanzado del desarrollo del español. La 'Libélula' cayó en el olvido.
Mucho de lo construido, prototipos y planos originales fueron destruidos por la contienda y la ignorancia, pero para la historia de la aeronáutica ha quedado por ejemplo su helicóptero con hélices contrarrotatorias, algo que sería realidad tiempo después.
El inventor madrileño siguió trabajando hasta el final de sus días registrando multitud de patentes en diversos campos como el de los motores a reacción para los que proponía mejoras interesantes en su rendimiento.
En los últimos tiempos se ha reivindicado la figura de Federico Cantero Villamil con la realización de algunas exposiciones y la aparición de obras sobre su vida y su obra. Pero en su ciudad natal, Madrid, nada recuerda la figura de uno de sus hijos ilustres que sí ha merecido más consideración en Móstoles o en Zamora.
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