La Feria del Libro de Madrid logra un buen primer fin de semana en ventas

  • El madrileño parque del Retiro se ha convertido estos días en la mayor librería al aire libre
Feria del Libro de Madrid
Feria del Libro de Madrid |Telemadrid

Con las bolsas agotadas y los libreros muy optimistas, porque las ventas han arrancado con fuerza, "incluso mejor que el primer fin de semana de la pasada edición", ha transcurrido este primer domingo en la Feria del Libro de Madrid, según su director, Teodoro Sacristán.

Un día con el tiempo jugando a favor, soleado y sin calor agobiante, en el que la asistencia de publico -muchos jóvenes, niños y perros con la lengua fuera por el cansancio- ha sido masiva.

Y es que para Sacristán, que ya ha pulsado el primer sentir de los libreros, asegura que está claro, por la experiencia que dan los últimos años, que la gente se reserva a la feria para comprar sus libros.

"Se está viendo que en las ferias es donde la gente compra -explica Sacristán a Efe- no es solo la feria de Madrid, que es la más grande, sino que en todas las que se celebran en España acuden la gente de forma masiva también por los descuentos y otros factores. Ojalá toda esta gente fuera cliente de librerías", ha subrayado.

Además, los domingos es el día grande de las firmas y las colas de los autores más populares, Almudena Grandes, Forges, Javier Marías, Juan José Millás, incluso Fernando Savater, un filósofo que da cuenta de su palabra con transparencia, han ido firmando ejemplares de sus libros sin parar como Lorenzo Silva, Mónica Carrillo o Maxim Huerta.

La exministra de Cultura Ángeles Gónzalez Sinde, finalista del premio Planeta con "El buen hijo" también ha estado hoy en la feria, como el escritor cubano Leonardo Padura, Jorge Martínez Reverte, Agustín Ferenández Mallo, la artista Ouka Leele, o las actrices Fiorella Faltollano y Lola Herrera.

Pero sin duda, el género que hace estragos en la Feria es la novela negra. Hoy, la editorial RBA, con nombres como Michael Conelly, Jo Nesbo, Ian Rankin, Arlandur Idridason o Philip Kerr ha rebajado muchos de sus libros a 9,99 euros, lo que ha hecho que se agotaran muchas de sus existencias.

Una medida que ha levantado la suspicacia de otras casetas dedicas a la novela negra, a pesar de que han sido advertidos, aunque con muy poco tiempo, según los organizadores.

Y el dramaturgo Juan Mayorga ha sido el protagonista del "micro de la feria", la sección que se ha recuperado en esta 73 edición, después de que se llevara a cabo en sus primeras ediciones.

Mayorga ha tomado el megáfono a las doce en punto para hacer un elogio de la lectura y contar en un minuto como se introdujo en el mundo de los libros, a través de su padre, quien leía en voz alta en su casa.

"Uno de mis recuerdos infantiles más vivos es el de la voz extendiéndose por la casa desde allí donde él se hallase con su libro (...) Hoy pienso que mi compromiso con el teatro, arte de la palabra pronunciada, tiene algo que ver con que de niño la literatura me alcanzase todo el oído", ha dicho.

Pero la feria también es lugar para manifestarse y hacerse visible o así lo han entendido una decena de personas que han recorrido la feria con carteles "contra la impunidad financiera", "por el derecho a la vivienda" y "contra la estafa hipotecaria".

Y mientras la gente paseaba por el paseo de coches del Parque del Retiro, en paralelo, por el camino arbolado también ha habido espacio para rocieros y bueyes que iniciaban un peregrinaje, los hombres vestidos de corto y las mujeres de faralaes.

EL RETIRO, LA MEJOR LIBRERÍA AL AIRE LIBRE

Porque el madrileño parque del Retiro, convertido estos días en la mayor librería al aire libre, da para comprar libros y para presentarlos en la hierba, como el caso del peruano Richard Parra y su libro "La pasión de Enrique Lynch. Necrofucker" (Demipage), dos breves historias, ambientadas en el siglo XIX y en la actualidad, respectivamente, que han sido presentadas por Alberto Olmos.

Así, sin formalismos y al aire libre, Parra, que vive en Nueva York desde hace ocho años, ha relatado que son dos novelas que no tienen conexión, pero que son como un friso de la historia, como los murales de Diego Rivera o el Guernica de Picasso.

Un libro que es un ejercicio literario, "con un estilo sintético, sin tiempos muertos, con mezcla entre el lenguaje local y el universal. Planteo una ruptura con la estética posmoderna que se llevan ahora, y trato de historizar y politizar sin moraleja", ha explicado a Efe.

Parra, que no descarta la tradición del "boom", ni "matar al padre", como muchos escritores de su generación, asegura que el lector encontrará en el libro influencias de Vargas Llosa, Donoso y Borges.