El informe forense encargado por la juez destaca "las pésimas condiciones higiénico laborales" en las que trabajó durante 11 años una empleada del depósito de cadáveres de la Universidad Complutense (UCM) y no descarta que el cáncer que sufre pueda deberse a las altas dosis de formol a las que estuvo expuesta.
Se trata de la técnico especialista Pilar Mansilla, que se querelló contra esta institución al asegurar que contrajo un cáncer y enfermedades respiratorias tras manejar durante años cuerpos tratados con formol, un producto considerado como factor de riesgo cancerígeno que, según la querella, se concentraba en el área en el que trabajaba en niveles hasta 25 veces por encima de lo permitido.
El informe solicitado por el Juzgado de Instrucción Número 37 de Madrid, al que ha tenido acceso Efe, indica que "la paciente ha estado expuesta durante muchos años a dosis de formol muy por encima de las admitidas, y a unas pésimas condiciones laborales desde el punto de vista higiénico sanitario".
Y añade que la patología descrita por la paciente "muy probablemente esté en relación con las condiciones higiénico laborales a las que ha estado expuesta la paciente".
Recuerda que el compuesto químico formaldehido -que diluido en agua se considera formol- está considerado un factor cancerígeno y que dado que la paciente ha estado expuesta durante 11 años a concentraciones que superan ampliamente los valores admisibles, no pueden descartar que dicha exposición haya influido en el desarrollo del cáncer que padece.
Pero además el forense Jose Antonio Menéndez de Lucas afirma que "pudo existir una relación de casualidad" entre la neumonía que sufrió la trabajadora, que la mantuvo ingresada por tres meses, con la exposición al formol.
Igualmente considera como "muy probable" la exposición al formol con la anosmia, la hiposmia, cefaleas, jaquecas, conjuntivitis, xerodermia, sinusitis y cuadros de astenia que sufrió la paciente.
Afirma también que las lumbalgias pudieron ser producidas por las malas condiciones a las que ha estado expuesta durante años y que "es muy probable" que esas malas condiciones laborales hayan podido agravar también su depresión de manera importante.
El informe forense vincula también las patologías y enfermedades sufridas por otros cinco empleados de la Complutense con "las pésimas condiciones laborales desde el punto de vista higiénico sanitario" al que han estado expuestos todos ellos durante años.
Fuentes jurídicas han informado a Efe de que dos de estas personas se personarán en la causa que investiga la magistrada Purificación Romero, quien ha pedido a la Fiscalía y a la acusación particular que se pronuncien sobre las diligencias a practicar.
Esta última ha solicitado que se tome declaración en calidad de investigados al exrector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), José Carrillo, al director del departamento de Anatomía y Embriología II de la Facultad de Medicina, Jose Ramón Mérida, y al director del servicio de prevención de riesgos laborales, Jose Javier Sánchez.
La Complutense suprimió el departamento de Anatomía y Embriología, en el que trabajaba la querellada, después de que la Inspección de Trabajo decretase en mayo de 2015 la suspensión de cualquiera de las actividades relacionadas con el tratamiento de cadáveres donados para la investigación, tras informaciones periodísticas sobre el hacinamiento de cuerpos humanos en el centro.
En julio, el entonces rector José Carrillo reconoció la existencia de "malas prácticas" en este caso, por el que abrió expediente disciplinario y destituyó al antiguo responsable del departamento de Anatomía y Embriología Humana. También llevó a cabo un proceso de desinfección y de retirada de cadáveres.
Manos Limpias presentó también una denuncia ante los juzgados de instrucción de Madrid contra Carrillo, el decano de la facultad de Medicina y el exdirector del departamento de Anatomía Humana II a raíz del almacenamiento de cadáveres donados a la ciencia.