Carta de Francisco Correa a la Fiscalía Anticorrupción | TELEMADRID
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El cabecilla de Gürtel Francisco Correa, ha enviado una carta a la Fiscalía Anticorrupción confesando la actuación de la trama en Boadilla del Monte (Madrid) y en la que califica de "actuación amoral" la que tuvo el exalcalde de ese municipio Arturo González Panero, el Albondiguilla.

"Su ambición era desmedida, desproporcionada, con una falta y carencia de moralidad inexplicable", asegura Correa del exregidor en la carta remitida a Anticorrupción, que pedirá 76 años y 7 meses de cárcel para él en el juicio que se celebrará por estos hechos a partir de septiembre.

Anticorrupción también reclama 40 años y 9 meses para Panero, 23 años y medio para el exdiputado del PP Alfonso Bosch, 64 años y 7 meses de prisión para el número dos de la Gürtel, Pablo Crespo; 39 y un mes de cárcel para el ex jefe de la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda (EMSV) de Boadilla César Tomás Martín Morales, otros 22 para el exconcejal José Galeote, y 2 años y medio para el exalcalde de la localidad Juan Jesús Siguero, que sucedió a González Panero.

Según relata Correa en su carta, todos ellos participaron en el "reparto de dádivas" y a cambio del trabajo que desde el ayuntamiento se encargaba a las empresas de Correa, su empleada Isabel Jordán, bajo su autorización, decidía el pago de "dádivas", que podían ser en especie, viajes, ropa, regalos u otro tipo de atenciones.

En un segundo escrito, fechado el 28 de marzo y al que también ha tenido acceso Telemadrid, la defensa de Correa muestra asimismo su "conformidad" con los hechos relatados por la Fiscalía en su escrito de acusación.

Acepta así ser condenado a 13 años y medio de cárcel y 1,9 millones de euros de multa por 26 delitos, incluidos algunos como cohecho, falsedad, fraude o tráfico de influencias, con algunas atenuantes como confesión, reparación y colaboración.

En la carta enviada a la Fiscalía, como la que remitió el extesorero del PP Luis Bárcenas antes del juicio de la caja b, Correa, que desde que fuera juzgado en Gürtel ha manifestado su intención de colaborar con la Justicia, confiesa su participación en esos delitos.

"No mantenía su palabra ni código ninguno, prometía y garantizaba contratos a diestro y siniestro"

Según revela, la relación con el Albondiguilla era "muy complicada". "No mantenía su palabra ni código ninguno, prometía y garantizaba contratos a diestro y siniestro, cambiaba adjudicaciones aún habiéndoselas prometido a un empresario, si posteriormente otro empresario mejora la dádiva, dicho lo cuál su actuación podría tacharse de amoral", expone.

Correa explica que conoció a Panero a través del exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega, condenado por Gürtel Época I, y que ya conocía él a Martín Morales de amigos en común.

Respecto de José Galeote indica que fue su hijo Ricardo quien le comentó que su padre entraba de concejal en Boadilla, mientras que a Alfonso Bosch le introdujo él en el ayuntamiento y con la ayuda de Martín Morales y Galeote lograron que fuera nombrado gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV)

Según el cabecilla de Gürtel, Martín Morales recibía dádivas de la EMV y cuando le nombraron director general del ayuntamiento, de ambos organismos, "en mi opinión no todas las adjudicaciones las controlaba el alcalde", plantea.

Aunque Panero recibía dádivas de la EMV el que adjudicaba los contratos era Martín Morales, mientras que los contratos del Ayuntamiento los negociaba el alcalde, precisa Correa.

"Panero recibía dádivas de la EMV el que adjudicaba los contratos era Martín Morales, mientras que los contratos del Ayuntamiento los negociaba el alcalde"

Según su versión, Panero tiempo después introdujo a una persona que venía de Castilla de León, de la que dice no recordar el nombre, para que se interpusiera entre él y los empresarios "para no dar la cara continuamente y protegerse en cierta medida", de esta forma también ampliaba, dice, "el abanico de empresarios de otra comunidad".

Dice que para el Albondiguilla invertir en bolsa se convirtió en una "obsesión" y una "adicción" y que por ese motivo le presentó a Javier del Valle, que era quien le organizaba sus estructuras societarias.

En una comida acordaron crear una empresa para invertir en bolsa poniendo una cantidad equivalente cada uno. Un proyecto que se planteó por las "excelentes habilidades" que tenía Panero para invertir en bolsa, pero tuvo poco recorrido y se acabaron repartiendo el dinero "con una pequeña pérdida" de lo que invirtieron.