La Fundación Jiménez Díaz ha incorporado a su cartera de servicios la braquiterapia de alta tasa, un tipo de radioterapia que consiste en colocar el material radiactivo en las proximidades o en el interior del tumor, lo que evita la irradiación de órganos cercanos y reduce los efectos secundarios.
En una nota de prensa remitida este jueves la Fundación informa de que su servicio de Oncología Radioterápica ya ha realizado con éxito su primera braquiterapia de alta tasa en un paciente diagnosticado con adenocarcinoma de próstata de alto riesgo y otras patologías.
Este procedimiento, que se puede llevar a cabo en una o dos sesiones, dependiendo del grado de clasificación del tumor, reduce las dosis de radiación que reciben los tejidos cercanos a la próstata y los efectos adversos de la irradiación.
Según el medico adjunto del servicio de Oncología Radioterápica de este hospital madrileño, Walter Vásquez, la perspectiva en cuanto al control del tumor y supervivencia global con estos tratamientos es excelente, debido a que se detectan tasas de control local y libre de recurrencia bioquímica a cinco años del 94 por ciento.
Como cualquier otro tratamiento, la braquiterapia de alta tasa puede tener efectos secundarios, pero suelen ser locales, sobre todo a nivel urinario (aumento de la frecuencia urinaria diaria y nocturna).
Estos efectos suelen ser temporales y para intentar prevenirlos se administra medicación que ayuda a controlar la contracción muscular de vejiga y uretra, y mejora la sintomatología.