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El Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía ha liberado a un hombre que estuvo secuestrado durante 28 horas en un piso de Parla y al que sus raptores reclamaban 30.000 euros por una deuda contraída, en un caso de estafa en la venta de diamantes entre dos organizaciones delictivas. El secuestrado, de nacionalidad camerunesa, estaba retenido en un piso de la calle Santander número 9 de Parla, y ha sido rescatado ileso en la operación, que tuvo lugar la semana pasada y que se ha saldado con cuatro detenidos: dos armenios y dos españoles.

Ambas organizaciones acordaron la venta de diamantes pero en el momento del pago una de ellas se dio cuenta de que iba a sufrir "una estafa del tipo cartas nigerianas", por lo que retuvieron a uno de los miembros de la otra, y fue la propia banda a la que pertenecía el secuestrado la que puso la denuncia ante la Policía, ha explicado hoy el Jefe superior de Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díez.

Había una amenaza de que su vida corría riesgo si no cumpliera determinadas condiciones, por lo que la Policía intervino para su liberación, ha añadido. Las cuatro detenciones de miembros de la banda que perpetró el secuestro se produjeron en las localidades de Parla y Talavera de la Reina (Toledo), y los demás miembros de las dos bandas están "encartados en diligencias", según Fernández Díez.

Los agentes han intervenido un arma de fuego, efectos para la elaboración de billetes tintados, varios teléfonos móviles y dos vehículos. La investigación se inició cuando agentes adscritos a la Comisaría del distrito de Arganzuela recibieron una denuncia en la que una persona informaba que un amigo suyo había sido secuestrado y daba como posible ubicación de su paradero y retención un domicilio de Parla.

El hombre habría sido retenido en su propio vehículo por sus captores, ya que el turismo se encontraba estacionado en la misma localidad. La policía ubicó la vivienda donde presumiblemente tenían retenido al hombre y solicitó una orden de entrada al juez.

Agentes del GEO desarrollaron la operación por la peligrosidad de la actuación y, una vez en el interior del domicilio, pudieron observar cómo la víctima se encontraba completamente atada y con fuertes medidas de seguridad para evitar su posible huida.

La víctima relató a sus liberadores que llevaba encerrado más de un día en aquel lugar y que había sufrido agresiones por parte de sus captores, que le reclamaban 30.000 euros para su liberación.