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El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha recogido hoy en la calle el favor de los vecinos del entorno de Madrid Río, en un paseo electoral por los distritos de Usera, Arganzuela y Carabanchel en el ha recibido decenas de felicitaciones y apenas un par de reproches.

El recorrido ha comenzado a las 12 del mediodía en Usera, donde el autobús electoral le ha dejado en la calle de Mirasierra acompañado por la delegada de Urbanismo, Pilar Martínez, y el concejal del distrito y miembro de su candidatura, Jesús Moreno.

Allí ha escuchado los primeros elogios: "muy bien, muy bien", repetía una señora, y ha visitado la piscina Moscardó, donde se ha hecho las primeras fotografías con madrileños que querían tener un recuerdo del fortuito encuentro.

A las 12,10 ha entrado en el estadio del Moscardó, donde 40 espectadores seguían desde la grada un partido del equipo cadete -en el que juega el hijo del fallecido Andrés Montes, Orson "la bruja", que es un "fenómeno" según los responsables del club-, que, como en toda la temporada, iba ganando, esta vez por 1-0 al Vicálvaro.

Diez minutos después ha pasado junto a la instalación deportiva La Chimenea, el primer campo de fútbol en el que el Ayuntamiento instaló hierba artificial, hace ya cinco años -ahora son 103-, y enseguida ha bajado hasta el río, donde varias personas desde la puerta de un bar al otro lado de la calle le han aplaudido y le han dicho que "esto ha quedado dabuti".

No eran ni las 12 y media cuando ha cruzado el río por una de las pasarelas de Canogar y se ha encontrado con la concejala del distrito, Dolores Navarro, y los primeros de los numerosísimos ciclistas que se ha cruzado por el parque.

También se ha cruzado, aquí y en otros lugares de Madrid Río, con una caravana socialista en bicicleta que repartía propaganda electoral, a los que ha deseado "buen recorrido".

"Lo pasado, pasado está. Hoy me llena de felicidad cuando veo a un socialista disfrutando del río", ha declarado después a los periodistas.

Un ciclista sin camiseta se ha acercado para saludarle y decirle: a ver si damos la vuelta a este país, que ya está bien".

A las 12,32 hacía 24 grados y el

candidato ha optado por quitarse por fin la chaqueta.

Con manchas de sudor en la camisa ha entrado en el Centro Cultural Casa del Reloj, y ha visto desde detrás de la última fila cómo se representaba una obra de teatro para niños.

Una de las actrices le ha pedido que colaborara y su improvisado papel se ha limitado a la frase "y qué es lo que comes", aunque en ese momento su director de campaña, Manuel Cobo, le ha comunicado que había que irse.

A las 12,40 ha cruzado de nuevo el río por una pasarela peatonal para llegar a Carabanchel, donde le ha recibido la gerente de la Junta, Sonsoles Medina, por el presidente del distrito, el concejal Carlos Izquierdo, estaba de comunión.

"Está muy bien esto, que lo reconozca la gente con un par de huevos", le ha dicho un hombre que paseaba por allí, cuando el aspirante a la reelección ha subido por la calle San Delfín hasta la muy concurrida de Antonio López.

Como para entonces llevaba 10 minutos de adelanto sobre el horario previsto, alguien de su equipo ha sugerido tomar algo.

Dicho y hecho, el alcalde y todo su "séquito" -como lo denominó la actual ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, cuando fue candidata en 2003- han entrado en el Mesón Los Cigarrales, que en el barrio se dice que es el mejor sitio para comer de todo Carabanchel, donde, por cierto, no han querido cobrar cuando un miembro de su equipo ha pedido la cuenta.

Ya refrescados, "canutazo" a la prensa para decir que en este recorrido ha visto "muchas cosas pequeñas que sumadas hacen una cosa grande".

Pasada la una de la tarde una mujer le saluda y aclara a su marido, al otro lado del móvil, "perdona cariño, estaba hablando con un tal alcalde", y un hombre no duda en pedir para el regidor "un monumento".

Otros no estaban tan contentos, como otro hombre que le ha pedido, con lenguaje ciertamente directo, algo realmente indispensable en un espacio tan grande como Madrid Río: "si no tenemos servicios en el puto parque".

A las 13,20 ha llegado al Puente de Toledo, donde un hombre mayor le ha pedido otra cosa: mesas para jugar al mus.

"Tomo nota", le ha contestado Gallardón antes de subir de nuevo al autobús.

Eran las 13,30 y el candidato, que esta tarde hará campaña en San Sebastián, se retiraba satisfecho.