La misma contempla multas de entre 750 y 1.500 euros por permitir a los clientes cantar en las terrazas, la utilización de instrumentos o equipos musicales y de imagen o cualquier otro tipo de alboroto, según el documento al que ha tenido acceso Europa Press.
Así, determina que se podrá reducir el número de mesas o revocar la licencia cuando en estas se genere ruido que supere los límites establecidos en la legislación sobre contaminación acústica en los edificios colindantes, lo que estará supervisado por la Unidad de Medio Ambiente y por la Policía Local.
Entre otras novedades, se encuentra la mejora de la accesibilidad ya que las terrazas deberán dejar al menos una anchura libre de paso de 1,80 metros que se incrementa hasta los 4 metros en zonas peatonales y tampoco se podrá ocupar más del 60% de la acera.
El mobiliario se homogeniza y no se permitirá el almacenamiento en la vía pública de sillas y mesas cuando no estén en uso y se deberá garantizar el paso a través de los cerramientos una vez finalizada la actividad diaria, facilitando así la limpieza de estas zonas y evitando el deterioro de los espacios públicos.
Con esta ordenanza se prohíbe la instalación de pizarras o trípodes informativos, que suponían un obstáculo en las aceras, y también se regulan los cerramientos que deberán permanecer abiertos para su paso una vez finalizado su uso, debiendo el aforo estar reflejado en la terraza, por lo que "el vecino podrá comprobar rápidamente si se está haciendo un uso adecuado".