Tras la dimisión de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid, su sucesor, Ignacio González, afronta esta semana su debate de investidura con la reactivación económica y el empleo como prioridades, con una marcada línea continuista y sin ningún apoyo entre la oposición.
Será el segundo debate de investidura en poco más de un año que vivirá la Asamblea de Madrid -Aguirre protagonizó el suyo en junio de 2011-, después de que también haya habido dos debates presupuestarios, al tener que modificarse las cuentas públicas de 2012 a mitad de ejercicio por una desviación imprevista del déficit.
Ignacio González ofrecerá un discurso sin sorpresas relevantes y siguiendo las "grandes líneas" del proyecto político de la expresidenta madrileña.
Reactivación económica y creación de empleo serán los dos ejes fundamentales de su programa, junto con la contención del déficit, para lo que su Gobierno seguirá haciendo esfuerzos de racionalización y reducción del gasto público, aunque garantizando los servicios esenciales.
Un discurso en el que no se esperan anuncios significativos, como tampoco los hubo hace dos semanas, en el último debate sobre el estado de la región que protagonizó Esperanza Aguirre.
Con este programa, todos los grupos de oposición -PSM, IU y UPyD- han anunciado ya su voto en contra de la investidura.
Luis de Velasco, portavoz de UPyD, ha avanzado que si González llega al pleno con un proyecto continuista de las políticas que ha llevado a cabo hasta ahora Esperanza Aguirre, "evidentemente" su grupo votará en contra, ya que ha discrepado de las líneas generales de su gestión durante el primer año de la legislatura.
Igual que UPyD, IU cree que González no traerá ningún cambio sobre Aguirre, lo que a su juicio merece un "no" rotundo a su investidura, aunque este grupo insistirá en que la dimisión de Aguirre debería haberse resuelto con un adelanto electoral y no simplemente una sucesión.
El PSM va más allá, y además de coincidir en que González seguirá la misma senda de Aguirre, considera que una persona que no ha sido elegido en las urnas debería llegar al Gobierno con "un plus de transparencia y una imagen de limpieza" que, a su juicio, no aporta el número dos de Aguirre, que para los socialistas está "inmerso en procesos turbios, raros, oscuros y poco transparentes".
Así, Ignacio González sólo contará con el apoyo del PP, que cree que es el candidato natural para suceder a Aguirre después de haber sido su número dos durante años y de conocer perfectamente los entresijos de la administración regional.
Otro protagonista del pleno de investidura será, por causas bien distintas, Santiago Carrillo, después de que IU pidiera al presidente de la Asamblea que el pleno guarde un minuto de silencio por su muerte, y el PP propusiera en lugar de ese homenaje la lectura de una declaración institucional, como se ha hecho en otras ocasiones similares, como el fallecimiento de Gabriel Cisneros o Gregorio Peces-Barba.
IU ha anunciado ya que de no aprobarse el minuto de silencio los diputados de este grupo se levantarán y permanecerán en silencio al comienzo del pleno, en recuerdo a Carrillo.
El debate tendrá el mismo formato que la investidura de Aguirre de hace un año: el martes González expondrá sin límite de tiempo su programa político, y el miércoles los portavoces de cada grupo intervendrán por espacio de treinta minutos para ser respondidos por el candidato de forma individual o en conjunto.
Tras las primeras intervenciones los portavoces parlamentarios tendrán un turno de réplica de quince minutos antes de que González cierre el debate con su intervención final, y se proceda a la votación en urna.
Gracias a la holgada mayoría del PP, es previsible que González sea elegido en la primera votación.
Una vez que González haya sido investido presidente en el pleno, el presidente de la Asamblea, José Ignacio Echeverría, se lo comunicará al rey, y tras publicarse en el Boletín Oficial podrá tomar posesión de su cargo, previsiblemente el mismo jueves.
A continuación, González dará a conocer la composición de su Gobierno, algo que se espera que haga casi de manera inmediata, el mismo jueves o el viernes.