El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, considera "inaceptable" que 36 horas después de la final de la Copa del Rey ni los presidentes del Athletic de Bilbao y el Barcelona ni los gobiernos vasco y catalán ni la Federación de Fútbol hayan condenado lo que allí ocurrió.
Ignacio González, que ha hecho estas declaraciones durante una visita a la Feria del Libro de Madrid, se ha referido hoy así a "los insultos y las pitadas" de las aficiones de ambos clubes "contra los símbolos nacionales" en el momento en que sonó el himno de España antes del partido.
El número dos del Gobierno autonómico de Esperanza Aguirre lamenta asimismo que tampoco ninguna de esas instancias haya condenando "aquellos actos que se estaban organizando para conseguir ese objetivo" antes del partido.
"La pitada es un hecho lamentable del que muchos teníamos ya constancia de que se pudiera producir", ha dicho González, que ha añadido que "lo que se produjo la noche del viernes en el Calderón confirmó la denuncia que hizo la presidenta regional, Esperanza Aguirre, de que era inaceptable que se estuviera provocando ese insulto y esa manifestación contra el himno".
También ha criticado el vicepresidente madrileño que el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, se haya "jactado" de que "triunfaron los pitos por encima del himno nacional" y haya atribuido la actuación de la hinchada del Athletic "ni más ni menos, entre otras cosas, a las obras de la carretera de Burgos o a los controles de la Guardia Civil. Nos parece realmente lamentable".
"Eso no es tomar en serio, con independencia de que aquí estemos hablando de un partido de fútbol, que detrás de estos movimientos hay una agresión a los símbolos de la unidad nacional que no sería consentible de ninguna de las maneras que se hubieran producido en sentido contrario", ha argumentado.
En este sentido, González ha dicho estar "seguro" de que si eso mismo se hubiera producido en relación a las banderas o los himnos que representan los partidos nacionalistas "se hubiera armado la marimorena".
"Deberíamos tomarnos esto en serio y condenar estos acontecimientos para que no se vuelvan a repetir".
Para el vicepresidente madrileño, lo que se tendría que haber hecho antes de la final de Copa es "un llamamiento por parte de los todos los responsables políticos y deportivos para que eso fuera un acontecimiento deportivo y no una manifestación política".