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Traumatólogos del hospital público madrileño Gregorio Marañón han desarrollado un sistema por el que con incisiones inferiores a un milímetro tratan patologías de la mano que con cirugía convencional dejarían cicatrices de más de 30 centímetros. Guiados por un ecógrafo, los cirujanos "visualizan la lesión a través de la piel", lo que les permite tratar aproximadamente el ochenta por ciento de las patologías de la mano mediante intervenciones mínimamente invasivas, en palabras del traumatólogo José Manuel Rojo Manaute.

En la mayoría de los casos son suficientes incisiones de 0,5 milímetros para reparar la lesión.

La técnica hace posible que los pacientes no precisen puntos de sutura, la mayoría están sin dolor durante los tres primeros días tras la operación, y logran una recuperación funcional en los diez primeros días y una reincorporación laboral unas diez veces más rápida que con otras técnicas quirúrgicas.

Asimismo, ese tipo de actuación no requiere abrir la palma de la mano como se suele hacer en la cirugía convencional, con el resultado de cicatrices de hasta 30 centímetros y postoperatorios dolorosos.

Ya han sido intervenidos más de quinientos pacientes, para patologías de la mano como el síndrome del túnel del carpo, dedos en resorte, enfermedad de Dupuytren, secciones de tendones, rigideces de dedos, injertos cutáneos en dedos o manos o artrodesis en dedos.

Con este programa ha aumentado el número de intervenciones que, además, se pueden llevar a cabo en ambulatorio con anestesia local sin sedación y sin necesidad de anestesista.

Durante los más de dos años de investigaciones previas que han desembocado en este programa han participado también expertos del Principado de Asturias; del Centre de la Main, de Niza (Francia) y de la Universidad Autónoma de Madrid.