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El equipo que busca a Miguel de Cervantes en la iglesia de las Trinitarias de Madrid, donde se cree que fue enterrado, ha encontrado en uno de los nichos un féretro en mal estado con las iniciales M.C, y ahora analizará si los restos asociados a él se corresponden con los del escritor, han informado a Efe fuentes municipales.

En el nicho número 1 de la cripta se ha encontrado una tabla de madera muy deteriorada con las iniciales M.C. -que coinciden con las de Miguel de Cervantes- remachadas en hierro, y ahora se estudiará la "reducción de huesos" asociadas a él por si fuesen los del escritor, fallecido en 1616.

Los técnicos iniciaron ayer en la cripta de la iglesia madrileña de las Trinitarias la fase forense y antropológica de la búsqueda de Cervantes, consistente en estudiar si en alguno de los 36 nichos o las varias sepulturas descubiertas en el subsuelo se encontraban sus restos.

El hallazgo de la tabla se produjo ayer a mediodía, "casi al primer golpe de piqueta", y fue una "sorpresa" que causó "gran expectación" en el equipo, han informado a Efe fuentes cercanas a los investigadores.

La inscripción con las iniciales M.C. apareció en una de las tablas de madera en el nicho numerado con el 1, muy especial porque parece haber sido rellenado con escombros como tejas y restos de ladrillos, lo que hace suponer que "allí se hayan colocado restos de otros enterramientos anteriores".

De hecho, en el interior de ese nicho apareció el tablón con la inscripción M.C pero también "maderas que parecen tener otro origen y desechos de más féretros", lo que hace pensar a los investigadores que en ese mismo nicho hay restos óseos de varios individuos.

Pese al hallazgo, los investigadores consideran que "está todo abierto" y que no hay "conclusiones" definitivas, aunque uno de los directores del proyecto ha dicho a Efe estar convencido de que se trata de un avance "muy importante, que indica lo que indica", si bien será trabajo de los forenses determinar si se trata de lo que están buscando.

Una treintena de arqueólogos, forenses, técnicos e historiadores trabajan en este "proyecto nacional" que aúna ciencia y cultura para recuperar los restos del escritor -fallecido en 1616- precisamente cuando se cumple el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote.