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Después de 25 años de carrera y muchos más sobre el asfalto, Hombres G, reyes del pop español en los ochenta, continúan con la misma frescura de siempre y así lo demuestran en su disco "Desayuno continental" -que saldrá a la venta el próximo 16 de noviembre-, con el que regresan al sonido "roquero" de sus inicios. "Si lo comparas con el anterior, este disco puede sonar más roquero, hay más guitarra y quizá hayamos vuelto a ese sonido rock del principio", ha explicado el guitarrista Rafael Gutiérrez.

Producido por Carlos Jean, "Desayuno continental" es el undécimo disco de la larga carrera de la banda formada por David Summers (voz, bajo), Rafa Gutiérrez (guitarra), Daniel Mezquita (guitarra) y Javier Molina (batería). Un trabajo que retoma esa frescura que tanto les caracterizó durante la movida madrileña, y con el que la banda huye de la "comicidad" para presentar canciones "más reflexivas". "Este disco tiene menos comicidad que en otros, y sí que tiene unas letras más reflexivas y especiales. Las historias que cuentan las canciones son bonitas y creo que encajan bien en las melodías que hemos hecho", apunta David Summers.

"El secreto de vivir" es el sencillo de presentación del disco, una canción muy dinámica, "optimista y de buen rollo" con la que la banda pretende lanzar un mensaje claro: "hay que ser valiente y atreverse a sentir, ese es el secreto de vivir".

"Déjame quedarme", "Aprendiendo a volar", "Desayuno continental", "No puedo soportar perderte" o "Separados" -para el que han contado con la colaboración especial de la cantante Bebe- completan el repertorio, temas "muy distintos" entre sí que pasan con facilidad de la balada al rock.

"Hay temas muy dispares, algunas más movidas como 'Desayuno continental', que puede recordar a canciones de toda la vida de Hombres G y otras que no tienen nada que ver como 'Separados', una canción preciosa. Siempre intentamos innovar dentro de nuestro estilo", comenta Javier Molina.

Tres años han tardado Hombres G en sacar un nuevo disco, un trabajo que han compuesto entre gira y gira. "Ha sido muy distinto a lo que estamos habituados. Hemos tardado casi dos años en hacerlo, nosotros estamos acostumbrados a meternos en un estudio y en seis semanas lo grabamos. Ahora grabábamos dos canciones, lo dejábamos, hemos estado muy dispersos, hemos echado de menos esa concentración. Pero estamos contentos con el resultado", recuerda Mezquita.