La Policía busca a los dos "sicarios" españoles y de unos 50 años que escaparon tras asaltar una vivienda en la avenida del Mediterráneo en Madrid, donde mantuvieron como rehenes a sus tres ocupantes. Eran el cirujano Ignacio Frade (famoso por testificar en el caso Meño), su padre y una empleada del hogar. Los vecinos aún hoy siguen con el susto en el cuerpo. Telemadrid ha vuelto a hablar con Ignacio Frade, víctima del asalto.
Malherido y aún con el susto en el cuerpo, dice que que su vida corre peligro. Asegura que el robo de ayer nada tiene que ver con el caso Meño, en el que él fue una pieza clave para reabrir el caso. Afirma con rotundidad que no eran ladrones sino "sicarios" y que conoce quién está detrás de todo ésto.
El hombre que al que dos atracadores hirieron este lunes durante un atraco perpetrado en la avenida del Mediterráneo de Madrid es Ignacio Frade, el doctor que ayudó a la familia de Antonio Meño, el joven que quedó en coma durante 23 años por una negligencia médica en una operación estética en la nariz, y cuyo testimonio logró que se supiera lo que realmente ocurrió en el quirófano.
En la vivienda atracada vive su padre y en el bajo del inmueble tiene su clínica Ignacio Frade, que es cirujano plástico. Fuentes cercanas a la familia de Frade explicaron a Servimedia que en el momento del suceso ocurrido este lunes en la casa se encontraba el padre del doctor y una asistenta.
Según informó la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el médico escuchó ruidos en el domicilio y al subir se encontró con los asaltantes, se produjo entonces un forcejeo entre él y los asaltantes, que llevó al primero a refugiarse en su despacho.
La intervención de los agentes provocó la huida de los atracadores y Frade, su padre y la asistenta fueron liberados, si bien el doctor sufrió heridas en la cabeza, aunque no de carácter grave, a causa de los golpes que recibió, por lo que fue trasladado a un centro sanitario.
Ignacio Frade Teme por su vida y por la de su padre y no lo oculta. "Pueden volver a por lo que estaban buscando", asegura Frade. Por eso lo ha denunciado ante la Policía que investiga el caso. El cirujano plástico mantiene que el asalto de ayer a la vivienda en la que reside su padre no tiene nada que ver con su papel en el caso Meño.
Además asegura que en unos días ofrecera una rueda prensa y dará explicaciones de las personas que estan involucradas con "nombres y apellidos" y que mandaron a estos dos sicarios. La investigación policial continúa, aunque inicialmente, a falta de avanzar más, se descarta que el robo lo cometiesen sicarios, según fuentes de la Policía Nacional citadas por la agencia EFE.
El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha confirmado hoy que el suceso de ayer en Madrid, no fue un atraco con rehenes, sino un asalto a una vivienda. Cosidó ha dicho que la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid va a hacerse cargo de las investigaciones, que en sus primeras pesquisas las desarrolló el grupo de Policía Judicial de Retiro.
También hay una primera declaración de la víctima, que se está investigando y se están comprobando todos los datos, ha añadido el director general de la Policía. El robo frustrado motivó un gran despliegue policial en el centro de la capital tras una confusión que hizo sospechar a la Policía que se trataba de un atraco con rehenes en una clínica dental.
EL CASO MEÑO
El doctor Ignacio Frade acaparó espacio en los medios de comunicación porque su intervención y su testimonio fueron decisivos para esclarecer el caso de Antonio Meño, un hombre que murió en 2012 tras pasar 23 años en coma por una negligencia médica.
El caso se remonta a 1989, año en el que Frade era médico aprendiz y asistió a la operación de rinoplastia de la que Meño salió con un daño cerebral irreversible. Tras varios juicios, recursos y sentencias, el Supremo rechazó en 2008 las demandas de la familia y dictaminó que no existió negligencia médica, un proceso al que Frade permaneció ajeno porque lo desconocía.
Meses después, en 2009, los padres de Meño instalaron en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, junto al Ministerio de Justicia, un campamento, con su hijo Antonio en coma, para reclamar justicia y exigir la revisión del caso.
Ocho meses después, en febrero de 2010, seguían allí e Ignacio Frade pasó casualmente por la zona y se detuvo para leer los recortes de periódico y la información que los padres habían expuesto en la plaza para que se conociera el caso de su hijo, y constató que se trataba de la familia de Meño.
El médico explicó que supo en su momento de una primera sentencia que condenaba al anestesista y que indemnizaba a la familia, pero desconocía que tras sucesivos recursos el anestesista quedó absuelto y que la familia no sólo no recibió indemnización, sino que llegó a deber 400.000 euros en costas que al no poder pagar supuso el embargo de su vivienda, aunque finalmente se pudo parar la notificación.
Frade se ofreció a declarar y el caso dio un vuelco que motivó que el Supremo admitiera en 2010 la demanda de revisión presentada por la familia, la anulación de las sentencias dictadas anteriormente y una indemnización
El doctor Frade relató que él asistió a la operación en la clínica Nuestra Señora de América de Madrid, ya que tras licenciarse aprendía cirugía estética, y explicó que lo que ocurrió es que el tubo de anestesia endocraneal a través del que respiraba el paciente estuvo desconectado durante muchos minutos y el anestesista no se percató porque se ausentó, ya que simultaneaba dos intervenciones, lo cual provocó una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco y daños irreversibles en el paciente.