La Policía Municipal de Madrid ha intervenido un total de 2.518 artículos y 6.758 kilos de alimentos en muy pésimas condiciones higiénico-sanitarias en cinco locales y pisos del distrito de Usera, ha informado a Europa Press una portavoz del Cuerpo Local.La llamada 'operación Marmita' tuvo lugar, tras reiteradas quejas de los vecinos, con inspecciones en los cinco locales los días 4, 10, 16, 18 y 24 de octubre. En uno de ellos intervinieron 200.000 empanadillas, que estaban siendo preparadas por personas sin contrato de trabajo ni licencia de manipulador da alimentos.Además, rellenaban las empanadillas con carne y salsas cercanas a cubos de basura y a bombonas de butano. Desde ese mismo local vendían los productos a particulares y también a empresas que llegaban con furgonetas sin ningún tipo de procedimiento higiénico-sanitario.
Los agentes también hallaron un local que aparentemente esta cerrado pero que por dentro comunicaba con otro que estaba abierto. Allí encontraron un almacén de alimentos con cucarachas y en paredes llenas de moho. En otro de los locales requisaron medicamentos y cosméticos sin ningún control.En otro de los establecimientos los policías hallaron 810 kilos de azúcar de caña, productos congelados sin el etiquetado europeo en arcones que no mantienen la temperatura indicada. Y que igualmente vendían a tiendas y particulares sin ninguna autorización.En otro lugar los agentes encontraron una mesa donde se elaboraban quesos frescos sin ningún tipo de garantías, por lo que precintaron un bidón con 25 litros de leche y un queso en proceso de elaboración. Y en el último requisaron cartones y cajetillas de tabaco para la venta la público sin ningún tipo de control estatal ni autorización.
En general, en todos los locales, algunos situados en bajos de la calle Nicolás Usera, observaron muchos insectos, también en hornos y encimeras donde se manipulaban alimentos, que además estaban todos mezclados. En algunos sitios advirtieron la presencia de roedores, han indicado las mismas fuentes.En total, los agentes abrieron muchos partes y decretaron dos ceses de actividad como medida cautelarísima, en uno de ellos diligencias judiciales. Uno de los responsables de estos locales afirmó a los agentes que llevaba siete años con la misma actividad y que "no sabía que había que pedir licencia alguna".