Investigadores madrileños descubren un campamento romano junto a la mítica Titiakos
Gracias al hallazgo de una cantera militar han podido reconstruir parte de su historia
Una investigación "por amor al arte y sin gastar ni un duro", afirman
Este hallazgo en la localidad de Deza, provincia de Soria, ha sido realizado por el Equipo de Investigación Geología Aplicada a la ingeniería Civil del departamento de Ingeniería y Morfología del Terreno de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos,Canales y Puertos de la UPM.
Un trabajo en el que han trabajado conjuntamente con el Equipo de Patrimonio de las Obras Públicas del Departamento de Ingeniería Civil: Ordenación del Territorio, Urbanismo y Medio Ambiente, también de la Escuela.
Se ha publicado recientemente en la revista “Archaeological and Anthropological Sciences” este interesante trabajo sobre una cantera de caliza que fue explotada de manera rápida y de una sola vez para la construcción de un gran campamento militar a fin de mejorar la defensa de la cercana e importante ciudad celtibérica de Titiakos durante las guerras sertorianas.
A día de hoy, todos estos yacimientos arqueológicos se desconocían.“Pese a su relevancia, este yacimiento nunca ha sido estudiado y ha permanecido ignorado. Hasta la fecha no se había realizado ningún estudio sistemático que haya tratado de descubrir su importancia histórica”, nos comenta Vicente Alejandre, alcalde de Deza y miembro del Centro de Estudios Bilbilitanos, integrante del equipo de investigación también.
Álvaro Sanz de Ojeda, ingeniero de Energía y Minas por la UPM, explica que “la clave para la identificación de la cantera ha sido la comparación en fotografía aérea de la geomorfología de las laderas de esta hoz con las hocecillas del resto de los arroyos que atraviesan la altiplanicie de la falda de la Sierra de Miñana.
Todas las hocecillas presentan un relieve idéntico, con laderas muy regularizadas hasta una superficie de erosión, excepto ésta que tenía en su salida unas oquedades relativamente grandes en su ladera izquierda. Se trataba de una anomalía geomorfológica que se podría explicar con la explotación de una cantera, que luego se confirmó sobre el terreno.
El camino quedaba entonces justificado, ya que era el camino de la cantera por el que se sacaba la piedra. Uno de los elementos secundarios de una cantera, como es un camino, ha sido otra de las claves para identificarla”.
Pero el camino no iba a la ciudad de Titiakos, subía inexplicablemente y con pendientes suaves recorriendo unos 700 m hacia aguas arriba de la hoz hasta alcanzar el altiplano.
Arriba se extendía un laberinto de largos y gruesos muros, y en los campos de labor inmediatos, fuera del recinto militar, se habían encontrado monedas celtiberas y proyectiles de plomo… “Se trata de un campamento romano”, nos dice Vicente, “y que la mayoría de las monedas correspondan a la ceca de Titiakos acuñadas en periodo de las guerras sertorianas, nos presupone que Deza era esa ciudad celtibérica, aunque no es seguro; también los proyectiles nos hablan de una batalla”.
Eugenio Sanz Pérez, catedrático de Geología de la ETSI Caminos, Canales y Puertos de la UPM, quien ha liderado esta investigación, se muestra satisfecho con este descubrimiento en pleno siglo XXI.
"Pues ya se ve que es posible y además sin gastar un duro, ya que este trabajo se ha hecho por amor al arte y por el cariño que tenemos a esta tierra", ha afirmado.
Dos mil años no han conseguido acabar del todo con los vestigios de la cantera que sirvió para fortifica el campamento militar. Un camino excavado en la roca, roderas de carretas, un bloque enorme de varias toneladas y un precipicio de 40 metros.
Estas han sido algunas de las piezas del puzzle que los investigadores han tenido que montar hasta dar con la cantera, relacionarla con un campamento militar romano y su proximidad a la Titiakos celtíbera.
Antonio Arcos, profesor titular de la Escuela de Caminos y participante del trabajo, afirma que “el material pétreo fue transportado mediante pequeñas carretas por un camino de cuidadoso y estudiado trazado de unos 600 m de longitud y de clara adscripción romana".
Las cuentas salen. De esta cantera se extrajeron unos 12.000 m3 de piedra caliza que corresponden con el volumen y tipo de roca de los restos de los muros que todavía se conservan in situ, y de las lindes de piedra reutilizada de las fincas de labor del entorno, explica Arcos.
Asimismo, Ángela Moreno, profesora en el departamento de Ingeniería y Morfología de la Escuela, nos informa que “para cuantificar todos estos aspectos, ha sido muy útil el uso de vehículos no tripulados”.
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