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Imputados por rebelión y sedición, están los diputados Oriol Junqueras y Jordi Sánchez. De los dos hoy se han conocido sus declararaciones ante el juez. En ellas Junqueras asegura que hay un recorrido ámplio incluso en el ámbito de la Constitución y de sus posibles interpretaciones. Y Sánchez, en su intento de convencer al juez para que le deje en libertad, dice que nunca ha estado ni estará a favor de una declaración unilateral de independencia.

SÁNCHEZ NO PREVIÓ LO QUE IBA A PASAR EL 1-O

El expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y número 2 de JxCat, Jordi Sánchez, declaró ante el juez Pablo Llarena que tenía mensajes telefónicos privados "con representantes del Gobierno" días antes del referéndum del 1-O que "no hacían prever en ningún caso lo que ocurrió el 1 de octubre". Así lo señaló Sànchez al magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena durante su declaración el pasado 11 de enero, según el audio publicado hoy en la edición digital de La Vanguardia y han confirmado a Efe fuentes presentes en esa declaración.

"Hubo muchas conversaciones, durante esos días, algunas de ellas con representantes del Gobierno de España, concretamente el 30 de octubre (en referencia al 30 de septiembre). Y esas conversaciones, algunas de ellas están en mensajes telefónicos guardados, no hacían prever en ningún caso lo que ocurrió el 1 de octubre", explicó el número dos de la lista de Junts per Catalunya (JxCat) a preguntas del fiscal sobre la violencia el 1-O.

"Son comunicaciones privadas -continúa Sànchez- que a mi me hacían prever que podría haber en algún lugar alguna tensión, algún altercado, pero no lo que ocurrió el 1 de octubre, porque incluso el propio auto de la juez hablaba de principio de oportunidad, de proporcionalidad, que es el que rige en cualquier actuación policial". Sànchez, que se ofreció al instructor de la causa a aportar esos mensajes, consideró que "la resistencia pasiva de la ciudadanía con la voluntad de las fuerzas de requisar las urnas generaron situaciones donde hubo imágenes muy duras que nunca se tenían que haber producido".

"Las agresiones que sufrieron los ciudadanos y los agentes de seguridad ha sido lo peor en muchos años que ha ocurrido en Cataluña", añadió el diputado JxCat. Jordi Sànchez también admitió que sabía que el 1-O era un acto ilegal, aunque justificó su actuación en que "quizá mi error fue pensar que, como ya sucedió en la consulta del 9 de noviembre habría una prohibición que haría que ese acto definido como referéndum no tendría unas consecuencias legales y que habría una acción proporcionada, una acción de oportunidad de los cuerpos y fuerzas de seguridad que lo único que garantizarían era que no hubiera incidentes".

Sànchez, investigado por delitos de sedición y rebelión y en prisión preventiva desde hace más de cien días, apoyó la misma tesis de la expresidenta de la Mesa del Parlament, Carme Forcadell, de que la declaración de independencia en el Parlament el 27 de octubre "no se publicó, así que tuvo la validez que tuvo".

DIVISIÓN DE LOS INDEPENDENTISTAS

Mientras los soberanistas siguen a vueltas con la investidura simbólica de Puigdemont. En el bloque independentista no se ponen de acuerdo. Desde Bruselas el expresidente quiere ser cabeza de un consell de la república y además ser investido por el Parlament. Mientras desde Barcelona, Esquerra dice que ve dificil reformar la ley para hacerlo, porque ni es viable, ni efectivo. Y Junts per Cataluña avisa: Puigdemont no será un presidente simbólico. El limbo y la discrepancia siguen instalados en Cataluña.