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Los dos hombres acusados de entrar a robar a una comerciante de origen chino en el barrio madrileño de Las Rosas, en el distrito de San Blas, hace tres años, de dispararle causándole la muerte y de herir a su esposo, han asegurado hoy en el juicio que con ellos no van las armas y que tampoco saben usarlas. A los dos acusados, Rafael Alberto G.C. y Antonio D.C., ambos drogadictos en el momento de los hechos, el fiscal les pide 29 años y cinco meses de prisión, además de una indemnización de casi 700.000 euros para los familiares de la víctima.

En su declaración ante la sección cuarta de la Audiencia Provincial, Rafael Alberto G.C. ha manifestado que él se dedica desde los 15 años a robar coches para pagarse la droga y que el día del crimen, el 10 de febrero de 2008, estaba vendiendo objetos robados en el Rastro.

Además, en la vista oral que concluirá el próximo viernes, el acusado ha comentado que nunca entró en el establecimiento de la fallecida, Cuizhu Z., y que supo del caso porque lo oyó comentar en su barrio.

Ha añadido que únicamente conocía a Antonio D.C. "de vista" y éste, por su parte, ha destacado que no recuerda bien lo que hizo ese día, y ha añadido: "las pistolas no van conmigo".

En su escrito provisional, el fiscal sostiene que los acusados entraron en la tienda de la víctima, situada en la calle Aquitania, con el rostro cubierto, armados con un arma semi-automática o pistola y le apuntaron.

Ella lo interpretó como un atraco, avisó a su marido, quien al intentar ayudarla recibió varios disparos que le dejaron herido; después, los asaltantes dispararon a la mujer y abandonaron el lugar sin apoderarse de objeto alguno.

A los acusados, que fueron detenidos once días después, el Ministerio Público les añade el agravante de disfraz y de reincidencia por estar condenados por otras causas.

FAMILIARES DE UNO DE LOS ACUSADOS INSISTEN EN SU INOCENCIA

Rafael Gómez, un toxicómano con 37 delitos menores a sus espaldas, al que se detuvo por el fallecimiento de una mujer de nacionalidad china, lleva más de un año y medio en prisión. Su familia insiste en que es "inocente", denuncia que se le ha utilizado de "cabeza de turco" por dejación de funciones de las Administraciones Públicas en la investigación y recuerda que no existen "pruebas" contra él.

La hermana del único acusado del crimen, Belén, ha relatado que, en el momento de los hechos, Rafael se encontraba en el Parque El Paraíso de San Blas, situado "a dos kilómetros" del establecimiento que regentaban los ciudadanos chinos y donde se produjeron los disparos. "A la hora del homicidio, antes y después, mi hermano estaba en el Parque Paraíso comprando y consumiendo droga", ha reconocido.

En este sentido, ha reprochado que las autoridades judiciales han desestimado como pruebas válidas el vídeo de la estación de Metro de Simancas, próxima a donde se encontraba su hermano, si bien se congratuló porque ahora sí hayan aceptado escuchar las declaraciones de varias personas que estuvieron con Rafael cuando ocurrió el homicidio.

Por contra, Belén ha recalcado que hasta el compatriota chino que resultó herido, "el principal testigo", nunca ha declarado en contra de su hermano ni le ha culpado, si no que culpa de los hechos a "dos menores de 16 a 18 años".

Otra de las pruebas que para Belén contradice que su hermano pueda ser el culpable es que los testigos afirman que "quien llevaba el arma era zurdo", cuando su hermano "es diestro", y que "dicen que llevaba zapatos", cuando Rafael "sólo puede usar zapatillas de deporte" por una dolencia en el pie.

Tan solo un testigo, que en un primer momento declaró a la Policía que "vio salir a dos personas encapuchadas", es quien indicó en la rueda de reconocimiento de los presuntos actores de los hechos en contra de su hermano "sin género de dudas". "¿Cómo puede decir sin género de dudas cuando primeramente has dicho que iba encapuchado?", se cuestiona. "No coincide ninguna descripción de los testigos con mi hermano. Mi hermano no tiene pelo, tenía 43 años cuando le detuvieron, es ex drogadicto, no aparenta 20 ni 18 años como casi todos dicen", ha argumentado Belén.

Así, ha relatado que su hermano tiene "37 antecedentes" por robo de coches y ha aseverado que "nunca jamás ha atracado, ni ha sido violento, ni ha hecho daño a nadie" y relaciona el hecho de que esté en prisión a que "la Policía estaba muy cansada" de Rafael y se le ha utilizado de "cabeza de turco".

Visiblemente apenada, Belén ha esgrimido que "no es nada justo" que permanezca entre rejas cuando es "inocente". "Le están quitando un derecho que nadie se lo puede quitar porque es inocente. Nada más tienes que hablar con mi hermano, mirarle a la cara y hacerle la pregunta. Con sus ojos te va a decir que no", ha sentenciado llorando.

La familia de Rafael se enfrenta al juicio en la Audiencia Provincial de Madrid con el único objetivo y confiados de que su hermano saldrá de la cárcel y, "sobre todo", con su nombre "limpio". "Que nadie le apunte con el dedo", zanjó.