La Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid celebra este martes el juicio contra los 16 integrantes de una presunta organización, entre los que se encontraba un subinspector policial, que se dedicaba a distribuir cocaína en varias localidades de la Comunidad de Madrid. L a Fiscalía Provincial de Madrid solicita penas que oscilan entre los 20 y los siete años y nueve meses para sus miembros.
En concreto, la mayor solicitud de pena (20 años) recae sobre un exsubinspector de Policía de Torrejón de Ardoz, Antonio M.P., por la presunta comisión de un delito continuado contra la salud pública así como por los delitos de encubrimiento, revelación de secretos e infidelidad en la custodia de documentos. En conjunto, la petición del fiscal asciende a una posible condena total de casi 175 años de cárcel.
En su escrito de acusación, la Fiscalía señala que a finales de 2007 un grupo compuesto por 16 personas se dedicaba en Torrejón de Ardoz y otros municipios madrileños, pero nunca fuera de la Comunidad, a la distribución de cocaína tanto para su consumo como para su posterior venta.
Todos ellos actuaban conforme a las directrices dadas por Jesús M.C., conocido como 'El Coletas', quien a su vez administraba los negocios de la entidad Córdoba Treviño S.L. que, entre otros, eran un bar y una discoteca de Torrejón.
Antonio M.P., siempre según el fiscal, participaba en la administración del negocio y, valiéndose de su condición de policía, facilitaba a los miembros del grupo información de relevante interés policial y judicial mientras que su mujer, Angela T.L., le sustituía en sus tareas de transmitir y recibir información mientras trabajaba en comisaría.
Diego Armando C.T., sobrino de Angela, se encargaba presuntamente de adquirir la cocaína. Para ello contactó con Julián Yesid G.L. para "conseguir reclutar a personas que trabajaran en el aeropuerto de Barajas con el objetivo de que, a cambio de dinero, hiciesen la vista gorda con los bultos y equipajes que contuvieran la droga".
En total el grupo estaría integrado por siete empleados de una compañía de vuelos de bajo coste quienes se encargaban de recoger los bultos que contenían la droga del avión y dejarlos en un punto previamente acordado para que otras persona se encargaran de llevarlos a su destinatario final.
"Cuando una de las descargas salió mal, Julián Yesid ideó dos vías alternativas de entrada de la droga sin que interviniera los trabajadores de la compañía de bajo coste. La primera era remitir la cocaína en el interior de paquetes postales y que una vez en España un conocido fuera el encargado de entregárselo en persona.
El primer intento, el envío de un libro de cocina peruana en el interior de un paquete postal sin que contuviera droga", recoge la Fiscalía a través de un comunicado.
La otra alternativa, continúa relatando el Ministerio Público, era enviar maletas facturadas desde un aeropuerto sudamericano con destino a otro español pero distinto a Barajas y recogerlas en la zona de tránsito. En uno de esos vuelos, que iba de Caracas a Ibiza con escala en Madrid, la policía requisó al grupo una maleta en cuyo interior había 15 kilos de cocaína.