La Comunidad de Madrid estudia la adaptación de 11 variedades de tomate a las vegas del Tajo y Jarama
El objetivo es orientar a los agricultores a productos de calidad con altos rendimientos y adaptados a las exigencias del mercado
El tomate es una las frutas más consumidas en nuestro país. Aunque apenas conocemos una pequeña parte, existen más de 1.000 variedades de este preciado fruto rojo en todo el mundo, 300 de ellas en España.
Actualmente hay 70 grandes agricultores dedicados al cultivo de diferentes clases de tomates en la Comunidad de Madrid, la mayoría de ellos en Villa del Prado, Aranjuez y Fuenlabrada.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid, a través del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) ha iniciado un nuevo ensayo sobre la capacidad de adaptación de 11 variedades de tomates a las Vegas del Tajo y Jarama.
El objetivo es orientar a los agricultores a productos de calidad con altos rendimientos y adaptados a las exigencias del mercado.
El estudio evaluará sus propiedades agronómicas relativas al suelo- y organolépticas -sabor, textura, olor, color. Para ello, se examinará la combinación de características como la productividad, distribución a lo largo de la campaña, tipo de fruto, calibre y calidad, que permitan a los hortelanos madrileños optar por las alternativas más adecuadas a sus intereses productivos.
El tomate madrileño
Esta nueva investigación arranca como continuación de la que el Imidra desarrolló el año pasado, en la que se valoró la producción y calidad de 14 variedades de tomate para su consumo en fresco, todas ellas cultivadas al aire libre en Aranjuez.
Asimismo, y con anterioridad, se analizaron 33 accesiones de este alimento autóctono: acidez, presencia de vitaminas, dureza de la piel, color o la forma de esta hortaliza fueron sometidos a un detallado estudio con el objeto de hallar aromas, texturas y sabores.
Las conclusiones determinaron que el tomate madrileño es primordialmente rojo, siendo el 55% de sus variedades con forma achatada, el 40% redondeada y un 5% de pera.
Además, la mayoría son de texturas más blandas que las que se comercializan.
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