La Maya de Colmenar Viejo, Leganés, El Molar y Lavapiés, declarada bien de interés cultural
La Comunidad protege esta celebración de origen romano recuperada en el siglo XX
La Comunidad de Madrid ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Hecho Cultural la Fiesta de La Maya. Una celebración que se desarrolla a primeros de mayo en Colmenar Viejo, El Molar, Leganés y en el barrio de Lavapiés de Madrid.
Se trata de una celebración de la primavera a través de un icono, La Maya, una niña o joven que preside la ceremonia desde un altar construido con materiales efímeros y ataviada con suntuosos ropajes y adornos.
Mientras esta permanece hierática, suele estar acompañada por una corte de niñas, aunque en 2022 por primera vez han participado niños dentro de esa corte en Colmenar Viejo.
Otra característica de la celebración colmenareña, que tradicionalmente tiene lugar el 2 de mayo, es que los altares se construyen predominantemente con vegetación, y el día antes se realiza la recolección de las flores para la ofrenda de La Maya a la basílica.
Por su parte, la fiesta de Lavapiés, en el segundo domingo de mayo, muestra dos iconografías o escenografías, una de ellas similar a la de Colmenar Viejo y otra con estética goyesca.
En El Molar, La Maya estaba asociada a la Fiesta del Mayo, del 30 de abril, cuando se salía por la noche a cortar el árbol conocido como mayo, que se clavaba en la plaza del pueblo tras pelarlo y decorarlo.
Después de su interrupción en la década de los ochenta, a comienzos de los noventa se recuperó la tradición de La Maya siguiendo el modelo colmenareño y se decidió situarla el 1 de mayo. Los altares se colocan en la escalinata del Ayuntamiento, que se adorna con flores y ramas silvestres.
La Fiesta de La Maya de Leganés se desarrolla desde principios de los noventa también el día 2 de mayo y está protagonizada por las Casas Regionales siguiendo el modelo colmenareño, pero incorporando elementos que señalan el origen de sus organizadores o incluso sus trajes regionales.
El origen
Fiesta atribuida a la presencia romana en la Península, la primera referencia escrita en castellano se encuentra en las cantigas de Alfonso X El Sabio y alude a los cantos propios del mes de mayo. Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca citan en sus obras estas celebraciones.
La Alcaldía de Madrid las prohibió a finales del siglo XVII por los desórdenes que se generaban en ellas, pero siguieron adelante, aunque más tarde dejaron de hacerse.
De hecho, las versiones actuales, que se recogen desde mediados del siglo XX, son fundamentalmente recuperaciones.
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