Este sábado ha abierto sus puertas al público el Real Teatro de Retiro. Un nuevo espacio que pretende acercar la ópera al público infantil y juvenil.
Una colaboración entre el Teatro Real y el Ayuntamiento de Madrid, que se ha estrenado con la ópera "La Cenicienta".
Centro Daoíz y Velarde
Una Cenicienta atrevida, colorista y divertida ha dado hoy la bienvenida a los primeros espectadores del Real Teatro de Retiro, con una representación en la que destacables intérpretes, tanto musicales como actorales, han puesto en escena la opereta de Pauline Viardot -que versiona el cuento de Perrault- para un público juvenil, infantil y familiar.
El teatro, situado en el Centro Daoíz y Velarde, "funciona muy bien acústicamente, es perfecto para el objetivo que se buscaba", ha explicado el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, tras la función de una hora, dirigida a niños de más de 8 años y sus familias.
La obra, con un gran piano de cola en el escenario que toca el director musical, Francisco Soriano, tiene como protagonista a Cenicienta -interpretada por Alejandra Acuña-, que debe soportar los malos tratos de sus horteras y estridentes hermanastras Miguelona y Armelinda -Vanessa Cera y Paola Leguizamón-, que no dudan en lanzarse a canturrear en un momento dado el último éxito de Shakira y Bizarrap, en uno de los guiños para conectar con el público más joven.
"Es llevar un poco la historia a la actualidad para que los niños se identifiquen más. Así la reciben y la entienden muy bien", asegura Fernando Olives, gerente del nuevo teatro, para quien este sábado ha sido un día "muy especial". "Llevamos dos años trabajando en este proyecto y por fin hemos recibido a nuestro primer público familiar, aunque ya habíamos hecho tres funciones escolares", destaca.
En esta versión, la madrastra ha sido sustituida por un padre torpe, desgarbado y obsesionado por aparentar, que interpreta Javier Povedano, mientras el papel de príncipe encantador queda en manos de Francisco García. Juan Ramos es un divertido chambelán, el conde Barrigulo, y Miriam Silva es el hada que permitirá a Cenicienta cumplir su sueño de ir al baile.
Todos ellos, jóvenes cantantes solistas de distintas nacionalidades del programa Crescendo del Teatro Real, han recibido emocionados el calor del público, al que se ofrecen muchas más oportunidades para el aplauso y la interactuación que en las óperas habituales en el Teatro Real, que abre esta sede en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid para llegar a nuevas audiencias familiares.
Ha sido destacado el momento del concertante en el que todos los intérpretes se han unido en coro, en una historia en la que se destaca la importancia de valores como la bondad, el amor, el trabajo y la capacidad de perdonar frente a la codicia y los prejuicios.
Una escenografía mágica y sorprendente, ideada por Guillermo Amaya, y el colorista vestuario de Raquel Porter se adaptan también para que a los jóvenes espectadores les queden muy claros los giros argumentales, en un escenario enmarcado siempre por unas letras luminosas con el apellido Viardot.
La mezzosoprano y compositora francesa de origen español Pauline Viardot (1821-1910) es la autora de esta "opereta de salón" en tres actos que podrá disfrutarse hasta el próximo 29 de abril.