Liberadas cinco mujeres, explotadas sexualmente en un chalet de Madrid
La organización criminal que estaba conformada por cinco personas – dos mujeres y tres hombres- de un clan familiar chino
En total eran 3 los chalets donde tenían a las mujeres recluidas, ejerciendo la prostitución... En lugares muy dispares, Madrid capital, El Vellón y Arroyomolinos
Agentes de la Policía Nacional han liberado en Madrid a cinco mujeres víctimas de trata de seres humanos que eran explotadas sexualmente en un chalet de Madrid.
Se ha desarticulado la organización criminal de origen chino que las explotaba sexualmente, conformada por cinco personas –dos mujeres y tres hombres- de un clan familiar que se de dedicaban a su explotación y control.
En total eran 3 los chalets donde tenían a las mujeres recluidas, ejerciendo la prostitución... En lugares muy dispares, Madrid capital, El Vellón y Arroyomolinos.
Los implicados disfrutaban de un alto nivel de vida que les reportaban los beneficios de su actividad delictiva.
Los detenidos tenían propiedades inmobiliarias en la Comunidad de Madrid, cuyo valor superaba el millón de euros así como coches de alta gama que han sido intervenidos.
Engañadas para ser prostituidas
La red criminal, que operaba en territorio nacional y estaba asentada en Madrid, realizaba la captación de las víctimas en China.
Una vez que eran reclutadas bajo engaño para venir a España, uno de los integrantes del entramado se encargaba de su recogida y traslado desde el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas y las trasladaba en coche a un chalet de la ciudad de Madrid.
Las víctimas, ignorando el lugar al que se dirigían, eran engañadas con la promesa de obtener la documentación que necesitaban para estar en España o de obtener un trabajo, pero era en este chalet donde comenzaba su explotación sexual.
La organización, liderada por dos hermanas de nacionalidad china y máximas responsables del entramado, tenía cinco integrantes y disponía de propiedades inmobiliarias en la Comunidad de Madrid.
Las líderes se organizaban entre ellas por semanas alternas para controlar a las mujeres y para llevar a cabo la recaudación económica del dinero obtenido durante la explotación sexual.
El resto de los integrantes de la organización, parejas de las líderes y el hijo de una de ellas, colaboraban en la actividad delictiva llevando a cabo tareas de logística en el mantenimiento de la vivienda donde se encontraban las víctimas o recaudando el dinero que se obtenía a través de la explotación sexual.
Los miembros de la organización disfrutaban de un alto tren de vida que les reportaban los beneficios de la explotación sexual de las mujeres.
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