La empresa de patinetes eléctricos compartidos Lime está retirando ya estos vehículos de la ciudad de Madrid, como le ha exigido el Ayuntamiento, aunque difiere de esta decisión y espera volver "lo antes posible" a prestar servicio en la ciudad, donde cuentan con 150.000 usuarios registrados.
En un comunicado, Lime informa de la retirada de los vehículos, para lo que el Consistorio dio un plazo de 72 horas que finaliza este viernes y defiende que retira su flota para "poder operar con la seguridad jurídica que los madrileños merecen".
"Desde el inicio de nuestra operativa, hemos ofrecido no sólo compartir nuestros datos con el Ayuntamiento, sino también ofrecerles soluciones que fomenten tanto el aparcamiento cívico como la seguridad", asegura en este comunicado Álvaro Salvat, director general de Lime en España.
La empresa defiende asimismo que ha completado "en tiempo récord la adaptación a los nuevos requisitos de seguimiento, control e información establecidos por las autoridades municipales”.
Desde la compañía son "optimistas" y piensan que "de la mano del Ayuntamiento" "pronto" podrán volver a prestar este servicio de movilidad, que, subrayan, encaja en el "modelo de ciudad libre de emisiones" que promueven medidas como Madrid Central.
El director general de la empresa considera que los 150.000 usuarios y los 500.000 viajes realizados muestra "la gran demanda existente" para este tipo de movilidad y añade que cuenta con 50 empleados en la capital además de 400 personas que se encargan de recargar los patinetes en sus domicilios.
Retirada forzosa
El área que dirige Inés Sabanés retiró el pasado martes la autorización para funcionar en la capital a Lime y a otras dos empresas de patinetes, VOI y Wind, por no adaptarse a sus exigencias. Estas compañías deben iniciar de nuevo la tramitación de permisos para funcionar en la ciudad, un trámite que se puede alargar hasta mediados de enero.
Además del control de los vehículos, el Ayuntamiento de Madrid ha limitado a 10.000 el número de los patinetes que se podrán desplegar en toda la ciudad, con topes por barrios, como una respuesta ante las diferentes empresas de patinetes compartidos, que según los cálculos del Consistorio pretenden desplegar hasta 25.000 vehículos de este tipo.