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El trabajador de Spanair Lennart Cromstedt, tripulante de cabina hasta que la aerolínea cesó sus operaciones el pasado 27 de enero, ha llegado esta tarde a la madrileña Puerta del Sol poniendo fin a una carrera que inició hace 15 días desde Barcelona en protesta por el cierre de la compañía.

Desde que comenzó su aventura el pasado 18 de febrero en la Ciudad Condal, Cromstedt, madrileño de origen sueco de 43 años, ha recorrido más de 600 kilómetros hasta llegar a Madrid, la última etapa de su viaje que ha finalizado acompañado por algunos de sus antiguos compañeros de Spanair.

Tras correr una media de entre 30 y 60 kilómetros al día, Cromstedt, ha partido hoy rumbo a la capital española desde Guadalajara, ciudad a la que llegó después de atravesar las provincias de Barcelona, Huesca, Zaragoza y Teruel.

El motivo de su protesta es hacer pública la situación de indefensión en que se encuentran los trabajadores de Spanair tras el cese de las operaciones el 27 de enero ante su insostenible situación financiera, con fuertes pérdidas y un pasivo que supera los 300 millones de euros.

En especial, en solidaridad con Luca Abbamonte, un compañero de Spanair enfermo de cáncer que se ha quedado sin cobertura tras el cierre de la aerolínea, que no abonó los seguros de perdida de licencia de los empleados.

Según ha señalado hoy Silvia Costa, amiga de Cromstedt y exempleada también de Spanair, el cierre de la aerolínea ha dejado "de la noche a la mañana" a muchísimos trabajadores en la calle, en su mayoría de más de 35 años que ven como sus posibilidades de recolocación son escasas.

"Los gestores se han aprovechado de una compañía de bandera" mientras que los trabajadores afectados aún no han cobrado el paro, asegura.

El juzgado mercantil que lleva el cierre de Spanair aprobó ayer el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que supone la extinción del contrato de los 2.597 trabajadores de la aerolínea, que cobrarán una indemnización de 20 días por año con un tope de doce mensualidades.