Agosto se despide con inestabilidad meteorológica en toda España, con chubascos y tormentas localmente fuertes en el norte y este peninsular y calor durante los tres primeros días en zonas de interior y sur del país.
En Canarias la despedida del mes viene con calor y calima debido a los vientos procedentes del continente africano, que llevarán polvo en suspensión y una masa de aire cálido que elevará los termómetros hasta los 34 grados o más en las vertientes de las islas orientadas al sur y al oeste.
Estos vientos tendrán su efecto en Madrid empeorando sensíblemente la calidad del aire en todas las zonas de la capital, según alerta el Ayuntamiento de Madrid en redes sociales.
La calidad del aire empeora cuando aumenta la concentración de partículas (PM2,5 y PM10) y Madrid Salud recomienda que la población más vulnerable limite su exposición prolongada y esfuerzos al aire libre cuando haya una alta concentración.
Las partículas en suspensión presentes en la atmósfera se componen de una mezcla compleja de aerosoles y sólidos microscópicos de distinto origen y composición.
Según su tamaño se dividen en distintos grupos, las partículas "gruesas" PM10, que son aquellas cuyo diámetro es igual o inferior a 10 micras (µm) y las "finas" PM2,5 que tienen un diámetro igual o inferior a 2,5 µm. Un tercer grupo, las partículas "ultrafinas" PM0,1 con diámetro igual o inferior a 0,1 µm, cobran cada vez mayor importancia.
Al margen de su tamaño, es preciso recordar que su efecto tóxico está estrechamente relacionado con su composición.
Las PM10 suelen tener su origen en el polvo de distinta procedencia. En nuestro medio se trata, fundamentalmente, de aporte de partículas asociadas a actividades e instalaciones de tipo urbano o residencial como combustión de calefacciones, determinadas industrias, construcción y demolición de edificios u otro tipo de obras públicas, a procesos de resuspensión por efecto del tráfico rodado, insuficiente o inadecuada limpieza viaria, o de tipo natural como esporas, polen o las intrusiones de masas de aire norteafricano que transportan una elevada concentración de partículas de origen mineral procedentes de regiones desérticas.