La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado que en 2025 se abrirá el primer piso público en el que convivirán personas con autismo supervisados por profesionales para entrenar sus capacidades y que será una transición antes de emprender una vida completamente independiente.
Díaz Ayuso ha visitado este viernes la sede de Fundación Juan XXIII y ha anunciado este nuevo recursos para promover la autonomía de las personas con autismo en la que invertirán 250.000 euros.
Se trata de una vivienda pública en la que convivirán para desarrollar sus habilidades y hábitos de la vida cotidiana durante unos meses para que puedan ser después plenamente autónomos.
La consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila, ha explicado en declaraciones a los medios que está previsto que este recurso pionero en la región empiece a funcionar a finales del próximo verano y ha detallado que los profesionales trabajarán por turnos para hacer un seguimiento 24 horas.
Dávila ha indicado que aún no están definidas las plazas y los perfiles de las personas que se beneficiarán de esta iniciativa los definirán los profesionales adaptados a las particularidades de las personas con trastorno del espectro autista para que este programa tenga “el mayor éxito”.
Según ha detallado la consejera durante el día entrenarán actividades de la vida cotidiana de aseo personal o cocina y por la tarde y la noche actividades más sociales o de ocio para garantizar su integración.
Además de este nuevo recursos, el Gobierno regional ha recordado que la consejería de Asuntos Sociales contará con la primera residencia pública para personas con discapacidad intelectual en fase de envejecimiento prematuro, con 70 plazas distribuidas en cinco unidades de convivencia.
Se ubicará en las instalaciones de la antigua Residencia Fray Bernardino, en el distrito de Carabanchel de la capital, que será reformada con una inversión de 11,5 millones a lo largo de 2025.
Además, durante su visita Díaz Ayuso ha destacado en su visita otras medidas como el nuevo registro de voluntades para que las personas con discapacidad y sus familias puedan dejar constancia de su plan de vida que ya anunció en el debate sobre el estado de la región para evitar que los progenitores tengan la preocupación de lo que les va a suceder a sus familiares en el momento en que ellos fallezcan, y que puedan desarrollar su vida con dignidad y plenitud.
En esta misma línea, la Comunidad de Madrid facilitará que en las nuevas residencias de mayores se habiliten unidades específicas para que los hijos con discapacidad puedan convivir junto a sus padres, con autonomía y atención personalizada, pero compartiendo tiempo y espacios para mantener el vínculo afectivo.